Desfilaron el otro día en el First Dates de Sobera, en el prime time de la televisión española durante muchos años ya, lo que eso por fuerza objetivamente significa. Y con ellos, con ese programa-programa-programa y su diario esperpento que ya es Canon, el interrogante de siempre: la Telebasura, al vomitarnos diariamente desde los principales escenarios de la representación social esa Mugre que le es constitutiva, qué hace más: ¿reflejar una realidad y unos tipos inhumanos o, a todo pixel y ni gratis ni et amore, proponerlos como espectaculares modelos para la ciudadanía? Acaso ambas cosas, a la vez fundidas y confundidas. La historia de Paulina y Antonio, sólo una más, era, claro, astracanada barata, que no sé si más bien contribuía a afirmar el podrido imaginario mental de los obsesos sexuales que a reflejar la completa inversión de roles sexuales presente, con sus pros y sus contras, atiborrando en todo caso de más peliagudas sombras el natural acercarse de las personas ahora. El lenguaje y la imagen cristalinamente lo decían todo. Paulina, 55 años, que es que hay que verla y oírla para creerla a la Señora. “Yo soy una cabrona y una hija de puta… porque a mí lo que más me gusta en esta vida es tocar los cojones… espontánea, divertida, loca, rebelde… yo es que soy alérgica a las pollas pequeñas… no es mi tipo, físicamente lo he visto poco atractivo… a mí los hombres tan bajitos y barrigones no me gustan… me lo destrozo en media hora, no puede… ¿pero tú eres ardiente en la cama? ¿seguro?... no es de los que te empotra contra la pared, para dulce y cariñitos ya tengo al animal que tengo en casa… le falta todo lo malo, lo bueno lo tiene… busco al menos un amigo íntimo, que me dé vidilla… no tenemos absolutamente nada en común”, chimpún. Antonio, 46 años, rapado y acoxonado: “soy un tío bastante romántico, me gusta estar con la pareja, compartir con ella… yo por educación me callo…”. Y al final, que salta el pobre, claro: “si Paulina fuera la última mujer en el mundo, me cambio de sexo… Pa salir corriendo… Yo vengo a buscar algo más serio”. Fin de la cita, que la Telebasura te incita.
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