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martes, 3 de mayo de 2016

Cebrián, el PP y la Sexta, besos y protestas

     


   Airearon en la Sexta que en los Papeles de Panamá, ya está, aparecía complicada la ex –mujer de Ciudadano Cebrián. Como Kane, montó en cólera éste, de pronto Orlando furioso, aquí hay ya tomate grandioso. Ordenó desencadenar contra ellos de inmediato auténtica balasera judicial, apresarles en ese barrizal. Defenestró al punto de las tertulias de la Ser al escolar Escolar, acaso por no saberse aplicar. Y más, interpuso raudo Cebrián solemne PROHIBICIÓN a los periodistas a sueldo en su Grupo de acudir a tertulias de la Sexta, no digamos ya colaborar en ella.
     ¿Creen que el escolar Escolar quedóse de brazos cruzados, rama de olivo en mano ante su Defenestrador? Ni hablar. En meritorio artículo, el director de eldiario.es a las claras acusó a Ciudadano Cebrián de purgante, vale decir, de ser el dictador causante de su purga. Más: le azuza a explicar “por qué se ha convertido en el primero en España en llevar a otros periodistas a los tribunales por publicar la verdad de los papeles de Panamá”. Y aún más: que le hable a los accionistas de “sus negocios petroleros en Sudán del Sur”. Uff, sí que deben allí sudar los Negocios, sí.

     Y claro, al ver tantos sudores, tales inquinas y guerreros ardores entre los Grandes Grupos Mediáticos del Progreso, resulta imposible, por contrate, no recordar la candorosa felicitación, aún reciente y crujiente, con que el Partido Popular agasajaba al programa puntero de la Sexta, esa cadena, dizque salvada de la ruina por el gobierno de Rajoy, especializada en criminalizar con cien cañones por banda y a toda vela en sesión continua de mañana-tarde-y-noche a esa misma Derecha española:  “Felicidades por estos tres años de debates”. Talantes, talantes y talentos, del género guerrero unos, del género bobo, los otros.

   Aquí arriba, si lo pinchas, el vídeo con Alfredo Urdaci valorando en su Telediario mi libro: 
   “Son las historias de Armando, un cuarentón al que le ponen la maleta en la puerta de casa y tiene que recorrer de nuevo el camino de lo sentimental. Descubre que es un minusválido del sentimiento, un hombre al que todo le sale mal, un paria del afecto, un hombre patético al que todo le sale al revés. En lo que le pasa hay también una gran carga de ironía y de crítica hacia el mercado de los sentimientos, hasta el punto que uno acaba sintiendo una piedad desternillante por este antihéroe que tiene en estos relatos una voz auténticaSE VAN A REÍR HASTA LLORAR CON ESTE LIBRO, llorar de piedad por este hombre perdido, este bobo con ínfulas”. "Disfruté mucho con las Historias. Sigue escribiendo", me dijo Urdaci también.
   ¿Tienes que hacer o hacerte un buen regalo? LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON INFULAS   154 pgs de humor, amoríos, aventuras e ilusionesPersonalmente dedicadas. Escríbeme a   josemp1961@yahoo.es  Es muy sencillo. 10 E por correo ordinario a la dirección de España que me digas, no tiene por qué ser la de tu domicilio, la de cualquier local público que conozcas, el que sea.

martes, 14 de octubre de 2014

Cebrián con Soraya, vaya, vaya... y al fondo Ada



   Si hay un arcano que para su desentrañamiento necesitaría del fulgurante entendimiento en cónclave de los más grandes Sabios, e incluso de la astucia parda de los arúspices más inspirados de la Humanidad, ese es el de la Política de Medios de Comunicación que, ungido encima por la mayoría absoluta de los ciudadanos, desarrolla el gobierno popular, y que pasma al mundo entero. 
     
   Con la 1 y la 2 minados de submarinos filosocialistas, con la 4, la 5 y la Sexta en mano de empresarios “amigos” pero inexplicables difusores en continuum de la más rabiosa tirria antigubernamental, descabalgado Pedro J en El Mundo, dedícase ahora, con ocasión de elpais.cat, en bien transparente ceremonia, a brindar y a concelebrar, tras haberle salvado de la ruina, a Mr Cebrián, inveterado adversario suyo y preclaro Factótum Sumo del Tinglado progresista patrio.
      
   Allá que se fue la Vicetodo Soraya, presta a aupar sobre su breve figura a Mr Cebrián, el Potentado que susurraba los despidos por sms en El País, el mismo que tantas veces azuzó el más feroz agit-prop contra los gobiernos populares. Si se sentiría allí, sobre los delicados hombros vicegubernamentales, ensalzado Mr Cebrián que no guardó siquiera el más mínimo decoro en ante todos pronunciar estas reveladoras palabras:
     
   -“Un periódico como El País es desde luego una institución, y nada tiene de extraño que se vea cortejado por los poderes públicos, en cuya casta, por utilizar una palabra muy de moda, se ve incrustado de una forma u otra”.
     
   Es decir, los gobiernos pasan, pero PRISA manda. Hasta punto tal manda que incluso el amoroso cortejo le parece a Cebrián natural. ¿No se ruborizó siquiera entonces Soraya ante esas palabras, que como libertina seductora ante Cebrián, que se dejaba, él se dejaba, a ella la ponían? ¿A cambio de qué tanto cortejo?, podría pensarse, si allí mismo Cebrián se adornó con una rotunda coz a la oficial política gubernamental: “la mejor manera de defender la Constitución es reformarla”, es decir, justo la receta propuesta por el PSOE, a cuyo nuevo líder encima El País catapultaba en esos días con una extraña encuesta que delante de todos le ponía.

     
   Pues allí que con un sorbito de champán  brindaron, sonrientes y triunfales, Cebrián y Soraya, vaya, vaya, nada menos que, en medio de la intentona separatista, en compañía del consejero catalán de Cultura y del coordinador general de Convergencia, que pareciera ya que el cortejo mutase ahora en masoquista praxis con cava regada. Ah, y al fondo, entre los asistentes al cortejo según recogen las crónicas, apoyando también al Potentado Cebrián, oh, sorpresa… Ada Colau, revolucionaria hada antisistema ella dónde las haya, ¿cortejando también ella a Mr Cebrián?, haciendo sus pinitos de casta diva de la Casta, digo yo. 





LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

martes, 4 de febrero de 2014

Pedro J, Cebrián y el bloguero de la nada, una historia verdadera




   Ahora que de su periódico lo han apartado me acordé. En aquel entonces ni siquiera bloguero yo era. Bueno, éramos entonces jóvenes e indocumentados también nosotros, está ya más que dicho. Nos habían mandado en la Facul una entrevista de personalidad y en Ellos dos desde el primer momento pensamos. Manos a la obra que nos pusimos: llamadas telefónicas a los respectivos diarios, EL PAÍS y DIARIO 16 entonces, oh, Tiempos. Sucesiva escalera de telefonistas, cancerberos, extensiones, secciones, disuasores, secretarias, la ronda de unos días al teléfono en pos del Señor Director… Verá, es que somos estudiantes de periodismo y quisiéramos entrevistar al Señor Director, por favor, y que tal y tal pascual, por favor.
      
   Y ya de entrada la más que notoria diferencia: encontrar a Mr Cebrián resultaba una pura quimera de nuestra imaginación peliculera. Mr Cebrián nunca estaba. Mr Cebrián hallábase siempre de viaje, de creer, claro, a la inflexible secretaria –también lo era el tono mecánico y sin aristas, casi metálico, de su voz- a la que al cabo de burdas tretas conseguimos acceder. Como perfectos indocumentados que éramos, no por ello nos arredramos: en las inmediaciones de EL PAÍS que nos plantamos muy temprano una mañana, por si al asalto y de coña pillábamos a Mr Cebrián. Nada de nada, claro, aunque sí nos sirvió el madrugón para comprobar que el Diario Independiente de la mañana parecía por fuera entonces la factoría de una multinacional farmacéutica, tal eran el empaque y la factura de aquellas naves tan asépticas como superfuncionales, con gentes de seguridad que por fuera las protegían. Rogamos a aquellos centuriones, accedimos sólo a la hermética recepción, hicieron desde allí una llamada: …nada, que Mr Cebrián andaba de más viajes. (Sí, en viaje… de negocios, añadimos nosotros, maliciosos, por lo bajini). Desistimos ya.
    
   Y como en una película de buenos y malos, nos fue del todo diferente nuestra muy modesta historia real con Pedro J. Una amable secretaria –lo era también su voz- a la segunda llamada nos dio cita con el Señor Director. Allá que con nuestros tabardos y nuestra greñas –oh, oh  Tiempos- a su encuentro arribamos. Sí, el Diario 16, su redacción, tenía todas las hechuras -el ambiente frenético y ruidoso, las nubes azuladas de la nicotina flotantes, el olor acre a tinta que desde algún lugar llegaba- de los periódicos clásicos que salían en las películas de Hollywood de los años 50, esa iconografía trepidante de información y denuncia que vista allí –era sólo una primera impresión-  resultaba ya arrebatadora.
   
   Aún estábamos respirando toda aquella tópica pero muy real fascinación cuando tras una puerta y dos zancadas se nos apareció Pedro J. Vestía ya entonces esas camisas de escándalo y sus míticos tirantes, verdes primavera aquel día. Sentaos, venga. Y, como si en vez de frente a unos parvulitos anónimos, a una entrevista en el prime time de la Milá de entonces se enfrentara, el mismo elocuente despliegue de razonamientos, de citas, de historias, de gestos abrió ante nosotros. Le preguntábamos cosas sobre su persona y se las apañaba él para contarnos su teoría de los periódicos como “perros guardianes de la democracia”, que se la había a él transmitido Ben Bradlee, el del Washington Post, como si en realidad nos dijera que lo importante, so pardillos, no es el quién, sino el qué, aunque su propia brillantez y los tirantes tan verdes primavera le desmentían a la vez. Ya digo, contestaba Pedro J a cada una de nuestras preguntas con idéntica amplitud y seriedad a la que pondría de hallarse ante Oprah Winfrey para la CNN. Y toda esa dedicación del Señor Director hacia nosotros, que éramos la nada perdida, en mitad del remolino informativo de la mañana, en aquellos años de continuos sobresaltos en los teletipos, por muy azarosa que pudiese ser,  por fuerza revelaba una generosa humanidad muy de agradecer. Compareció al fin la secretaria que al teléfono nos había citado para con inagotable amabilidad rescatar a Pedro J de la barbaridad de tiempo que nos había concedido. Nos estrechó fuerte la mano él antes de desaparecer, antes de volver de nuevo al puesto de mando de su velero bergantín.

   
   Obligada conclusión maniquea también de esta modesta historia: bueno, el 50% de nuestro trabajo para la Facultad nos quedó de lujo. Y con el tiempo y las posteriores trayectorias de ambos Dos, creo hoy que tuvo nuestra modesta peripecia con Ellos valor de adivinación y simbólica enjundia, y  me parece que objetivamente puede sostenerse que, con sus aciertos y sus errores, en el filo de la navaja que supone siempre confrontar y flirtear con y desde el Poder, con todo eso a cuestas, Pedro J  ha sido y es un periodista monumental (y Cebrián, un bancario fenomenal). 



LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

viernes, 29 de marzo de 2013

Por el Pacto Cebrián-Almudena Grandes-Molotov


    

   
      Urgía hace poco Almudena Grandes, en otro de sus inflamados artículos (18-3-12), a Rubalcaba y a Chacón a marcharse, a que dieran paso a “una dirección con las manos limpias y con “capaciDAD de acorralar sin pieDAD a la derecha de la corrupción y la impuniDAD”. Sí, tras el sonajero de esa ripiosa rima interna no otro es el nítido designio: acorralar sin piedad a la derecha. Ahí late la nostalgia del Molotov que glosábamos ayer.
     
     Claro, estas ansias molotovas precisamente publicadas en EL PAIS mueven un poco a risa. Mueven un poco a risa y un mucho a indignación. ¿Molotov para quién, señora Grandes? Teniendo ahí a mano a Don Juan Luis Cebrián, eximio Presidente de la Cosa Prisa, que espetaba a los trabajadores de su periódico aquel célebre “no podemos seguir viviendo tan bien”, para más tarde despedirlos a través de un e-mail, mientras sólo en 2011 se embaulaba él para sus alforjas, según el comité de empresa, 13 millones de euros, resulta como poco extravagante ese afán acorralador y molotovo. Sin piedad, eso, sin piedad.




LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS (Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
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sábado, 21 de julio de 2012

Diane Keaton, Javier Bardem, yo mismo



    
   Me matarás Diane, me matarás sobre todo tú, lector, y nada en mi descargo podré yo entonces decir, que no es el nuestro país para plastas como yo, pero… el maldito cariñena de la tenebrosa actualidad, lo confieso, una vez más se apoderó de mí, me absorbió entre sus punsetianas redes y puso otra vez distancia entre mis dichos y mis hechos, entre Diane y yo, entre tú y yo, lector. Es sólo que me resulta tan grotesco todo esto por lo que pasamos, que necesito como sea exorcizarlo y quitármelo de encima para llegar del todo renovado y limpio de mugre a ti, Diane, a tu libro tan bonito, a ti sobre todo, lector.
    Verás, Diane, es seguro que tú lo conoces, pues el Espartaco de los desheredados españoles planta sus reales por Hollywood, ese arrabal del lumpen. Si el otro día su gloriosa mamma, enardecida, por todo lo alto ponderaba el aparato testicular de unos mineros supersubvencionados, fue ayer Javier B, junto a uno de sus hermanos, el Muso de las protestas antigubernamentales. El eslógan que más le gusta vociferar por las calles lo dice ya casi todo de él: ¡Esto-nos-pasa-con-un-gobierno-facha! Quédase luego tan ancho como pancho el chalán. La mayoría le venera, como si en efecto, fuera éste sobre todo un país para bardemes. 
   Claro, el que en medio de un clima socialmente aterrador, presentado como escenario de las más espantosas miserias e inhumanas privaciones, próximo en desesperación y penuria, dicen, a la de una aldea del Sahel, -¡QUIEREN ACABAR CON TODO!- resulte que el Muso de la cosa detente un caché mínimo de DIEZ MILLONES de euros para empezar a hablar de cualquiera de sus habituales bodrios es propio sólo de una alucinógena sesión de masas alrededor de su tiránico chamán.
   ¡Pero si con el Fortunón que acumula el mozo le sobra tela marinera para subvenir de por vida a cuantos allí con desesperación clamaban como locos por la Igualdad, la Fraternidad y lo otro! ¡Si juntando los viles metales que a miles sobre la buchaca apalancan Almodovar, Cebrián, Sardá, Roures y él pueden alimentar para siempre a todos los parados de España!
   Cuántas bromitas clasistas, cuántas líricas exhortaciones a las intolerables diferencias,  cuánta demagogia rastrera de la que la Izquierda miserabilista explota pro domo sua sin rebozo una y otra vez podrían a costa de esos ¡diez millones de euros por bodrio! arrojársele ahora a la cara. ¿Es justo que Bardem se trinque ese pastizal mientras millones y millones de personas mueren a diario de hambre? ¿Qué superioridad moral se puede enarbolar desde ese privilegiadísimo caché?
    A sus admiradores, incluso a los más desgraciados, todo esto ampliamente les transpira, pues es propio de las sectas y de los alucinógenos el levitar en la sinrazón y el adorar mucho a este becerro de los huevos de oro, sí.
   En fin, Diane Keaton, guapa mía, en fin, lector, que ya no sé bien qué deciros, excepto el que ruego yo porque no me mandéis a Parla, todavía, pues todos los caminos me llevan ya a ti, a vosotros.



Post/post: gracias a Mónica -sí, así es- por correr este tour, por bloggear ayer a mi lado, GRACIAS.
  


jueves, 15 de marzo de 2012

¿Verdú o Punset? ¿Trato o truco? y TRES


     
   En la rueda de prensa que siguió a la concesión del galardón con más dinero dotado (La Razón 7-3-12) más decidido todavía se mostró Verdú: “Estamos viviendo una gran locura histórica como no se había conocido en la historia (¿en serio cree Verdú que nunca antes se ha vivido una situación peor?), y a propósito de Grecia, lanzado ya, acaso porque el problema heleno va a  juego con su incendiario título, añadió: “Lo raro es que no estén quemando todo ya”.
  
    He ahí, en todo su esplendor llameante, literalmente expuesta, la fascinación de los popes izquierdistas por la violencia ciega, siempre que esta sea la que conviene a su brújula, claro, pues, ¿por qué habrían de quemarlo TODO?, ¿es mucho exigir a tan eximio pensador la responsabilidad intelectual de llamar a la prudencia? Porque, puede desde luego entenderse que un intelectual elitista exija de los gobiernos la atención a las necesidades materiales de los más desfavorecidos, pero, esa especie de benevolencia hacia la horda incendiaria ¿es de recibo?, ¿y no ilustra precisamente el ejemplo griego la solidaridad con que la Unión Europea concede crédito tras crédito a los sucesivos gobiernos helenos?
    
   Y más: “esa palabra (democracia) ya no vale nada. Es una carcasa que recubre las complicidades que están arruinando a la gente y llevándolos a niveles de pobreza desconocidos”.  Le diríamos a Verdú:
1)     1) no existe una crisis económica planetaria (hay países superpoblados avanzando muchísimo en sus condiciones de vida)
2)           2) la esperanza de vida aumenta 2,5 años cada década (datos de la Ornanización Mundial de la Salud)
   
   Le diríamos, oiga, que estos 1) y 2) no los digo yo, que soy nadie, que los enarbola Punset en su crujiente “Viaje al Optimismo” dado a luz en el diciembre pasado. Pero además, ¿es todo lo que nos ha enseñado la Historia precisamente el que la democracia, su palabra, sí, no valen nada? ¿Son los de ahora niveles de pobreza desconocidos en la Historia? ¿Son todos los regímenes iguales? Pues, esa consideración de la democracia como “carcasa” es sólo una modernización de la “tapadera” leninista que encubría el desprecio a la misma, en la que milimétricamente viene a coincidir Verdú con los más violentos de los antisistema.
    
    Este es el pensamiento pirómano –deben ser las célebres hegelianas astucias del Capital- que premia y cubre de dinero el Sistema. Una vez más pasma el raro milagro de que los sistemas democrático-liberales pervivan privilegiando como lo hacen a sus más entusiastas enterradores, teniendo a Cebrián y sus 8,2 millones de académicos euros a la misma vera.
   Se comprende de sobra que dan así un lavado expréss estos divinos “intelectuales” a sus conciencias, que ocultan así su prístino privilegio tras esa verbosa radicalidad con la que las grandes editoriales buscan hacer rápido negocio basado en la popularidad de la “estrella” autora. Por otra parte, si por la causa que sea triunfa una revolución, tendrán ya ellos su salvoconducto expreso que bien les disponga con las nuevas “autoridades”.  
   
    Sea usted un don nadie, defienda como los menos malos los sistemas liberales, abomine con fundamento de las nocivas profecías colectivistas y utópicas, y absolutamente todos los que podrían darle al menos una mano de luz editorial le darán con la puerta en las narices, mano que dan una y otra vez, y de oro, a los forretis progresistas. ¡Pos que vivan los que todo lo queman, joder, pero que empiecen por PRISA y luego  por PLANETA continuen!


miércoles, 14 de marzo de 2012

El Pensamiento mejor pagado por el Sistema


       
     
   Expurguemos un poco las principales formulaciones publicitadas del ensayo este de Verdú, el que con mayor cuantía de sucio vil metal es por el Sistema agasajado:
   
 “Los daños de una competitividad salvaje, la crueldad de las diferencias sociales (aquí parpadeé yo, me dije, hombre, que así argumentara un becario tendría su razón de ser, pero que lo haga la flor y la nata del establishment ideológico, que sobre tantas injusticias eleva su privilegio, es desde luego para premio, máxime cuando hace días conocimos todos los 8,2 millones de euros apañados solo en el pasado año por el gran Cebrián, consejero delegado del Tinglado que tan bien mantiene a Verdú, a su vera por tanto, por lo que no sé que revela este alarde más, si  cruda envidia o impávido rostro)

 “La dinámica de un mundo occidental crecientemente infeliz… la tortura laboral y hasta moral de tantos habitantes, semejante a los efectos de una gran guerra no ha de ser vana (alto, alto, pensé, con cuál quiere Verdú comparar en efectos esta crisis, con la Primera (diez millones) o con la Segunda (cuarenta millones de muertos) de las Guerras Mundiales, ¿y es en verdad comparable? ¿de verdad lo es? ¿se puede sostener con tablas demográficas en mano algo remotamente parecido? ¿permite una equiparación tan desatinada –las barbaridades de una guerra, cámaras de gas y campos de exterminio para millones de personas incluidos, asimiladas a las estrecheces de una crisis económica- acercarse mejor a la realidad presente?)
    
    “Una revuelta más o menos silenciosa pero eficaz emprenderá gradualmente la revolución pendiente del siglo anterior. Esta es la esperanza y la meta hacia un futuro más humano que aguarda a la vuelta de la esquina”. Es decir, el “apocalipsis optimista” que Raymond Aron hace ya ¡sesenta años! categorizó como la fórmula profética más querida a los popes de la intelligentsia progre. Todos los fetiches, como el muestrario de un perista, ahí están bien dispuestos: salvajismo capitalista-crueldad social-tortura moral-gran guerra-revuelta-revolución pendiente. Porque, es verdad,  dan ganas, tras leer esta síntesis del ensayo que la editorial facilita, de ponerse pero ya a asaltar… PRISA, para empezar. 

martes, 13 de marzo de 2012

¿Vicente Verdú versus Juan Luis Cebrián?



     
   Es Verdú un exquisito escritor. Un finísimo pensador, por supuesto. Una de las grandes vacas sagradas de EL PAÍS, el diario más importante en España desde hace más de tres décadas. Le acaban de otorgar por un reciente ensayo un nuevo premio, uno más. En esta ocasión le cae el galardón desde el grupo mediático dueño de los Planeta, el mismo que en oligopolio compite con el que a él le encuadra. Como la propia nota de prensa desde el principio mucho se preocupa en aclarar, “dotado con 60.000 euros, es el de mayor cuantía económica en este género”. Un Premio Superdotado, vamos, que, antes que cualquier otra cosa, ya lo vemos, por los morros nos restriega el vil metal anejo al mismo, como inequívoca melodía de seducción tintineante… para que nos lo compremos, se supone.
      
   Cabría en buena lógica, sea esta aristotélica o marxista, pensar que de las factorías ideológicas propietarias del Sistema al cabo saldría, por sutil que fuese, una astuta justificación del mismo. Es esa como una inexorable ley de la gravedad de las sociedades totalitarias, es decir, a excepción de las democráticas, que son minoría, de todas las sociedades, por la que tienden estas a autolegitimarse simbólicamente. Se titula el ensayo premiado con la mayor cuantía económica “La hoguera del capital”. El anterior de Verdú llevaba por título “El Capitalismo funeral”, el mismo que el militarote Chávez, de visita en España, alardeó en público de llevarse de la Casa del Libro. Bueno, ya los títulos son en sí elocuentes: Capitalismus, delendus  -y más que bien delendus para Verdú-  est. Choca un poco entonces ya esta portentosa disociación entre un tan odioso sistema y lo que precisamente con mayor dineral premia, la profecía y el propio deseo de la destrucción del mismo.