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miércoles, 13 de octubre de 2010

Contador y un camarero que era marido de la Princesa del Pueblo


     Admiro muchísimo a Alberto Contador. Su férreo coraje le ha llevado a protagonizar sobre la bicicleta, y contra las más empinadas rampas, extraordinarias proezas sobrehumanas sólo al alcance de los elegidos por los dioses. Brotó el escándalo de su dopaje. Ofreció aquella rueda de prensa. Creí en él a ciegas. Y sin embargo, cuando la otra noche le vi aparecer en La Noria, el más celebrado de los lujosos escaparates de la Mugre, algo dentro de mí me susurró: no, no, no… NO.
    
     A los pocos días, como un medicamento homeopático, el más elevado gesto imaginable, que nadie –que yo sepa- ha ponderado en lo que verdaderamente tiene de irreprochable lección ética a tanto “bienpensante caviar”, a todos esos  líderes de opinión que por la pasta untan en la perola mugrienta pringándose los dedos sin cortarse un pelo, a la misma vez que claman contra “esta podrida sociedad”. Vino de la mano el alto ejemplo de un chiquilicuatre de verdad –como el del anónimo redactor de Onda Cero en la real visita que ya comentamos aquí; habrá que ir pensando, como chamarileros de la Virtud ignorada, en reunir  cosas así, rosas de verdad en medio del desierto, y hacer con ellas un libro,  sólo para que los mandamases de las editoriales lo tiren asqueados y horrorizados al cubo de la basura- : Fran Álvarez, sólo un camarero, nada más, pero nada menos, ha rechazado QUINIENTOS MIL euros que le puso en los morros Antena 3 por contar sus intimidades con la llamada Princesa del Pueblo. Lo hizo público Fran sin cobrar nada en Sálvame de Luxe, también otro de los más aparatosos de los chorreantes mostradores de la Mugre entronizada.
    
     Ni siquiera los jefazos de Antena 3 se han molestado en desmentir la inmoral propuesta, que tanto dice en sí misma del estado de las cosas. Qué parábola, lectores míos, si fuese uno un evangelista verdadero y supiese contarla bien, y abrirle así los ojos primero a mil, que la contarían después a otros diez mil, y que acabarían llevándola  luego éstos a los oídos de un millón: todo un señero medio de comunicación social, plagado de respetabilísimos ejecutivos, atiborrados todos de premios y dignidades,  pugnando oro en mano por envilecer la conciencia de su millonaria audiencia, a través de una muy diabólica tentación, de esas que-no-podrás-rechazar, a un simple camarero. ¡Y va éste y les manda a los insignes mercaderes de la basura y a todo su dinero sucio a la misma playa!   
    
     Piensen, lectores míos, en todo ese pastón tintineando delante de los ojos del chaval. Está por demostrar que Fran Alvarez, un camarero nada más, pero nada menos, haya cobrado algo de Tele 5. En el fondo estamos deseando todos que se demuestre que también él ha arrebañado su parte en la rebatiña del mefítico perol. Nos quedaríamos mucho más tranquilos todos. Y es que el rechazo del golosísimo pastizal por parte de un simple camarero atenta con gravedad máxima contra el supremo mandamiento que todos compartimos en estos tiempos: todo por la pasta. Si me lo ofrecen a mí, vamos, es que le dan por… no otra cosa es lo que espontáneamente expelemos todos al escuchar la noticia, con ese tonillo petulante que da por segura la complicidad del que tienes delante. Necesitamos, como sea, que Fran Álvarez sea un impostor.
    
     Pues bien, Antisistemas del mundo, Liberadísimos sindicalistas, Intelectuales tan anticapitalistas, Chiquilicuatres de Cinco estrellas, supuestos aborrecedores del Sistema todos: Fran Álvarez, he ahí el Hombre. Fran Álvarez, Juan Nadie. Seguidle. ¿O acaso el meollo de su gesto también os desnuda a vosotros?  

10 comentarios:

César dijo...

Cierto. Estamos todos-yo al menos- sorprendidos de tanta dignidad desacostumbrada por aquellos pagos. No he tenido el placer de escucharlo, pero me dicen que le hubiera salido a A3 la palabra del principe del pueblo a seis mil euros. Eso es valorarse, sí señor. Y nunca tendrá que humillarse vistiéndose de pingüino para recoger el Nóbel.
P.P. (Puto Pais)

Javir dijo...

La miseria de los comunes, Don José Natonio, que enriquece a los más principales. Pero la realidad de la vida desmiente el principio de que es la mugre lo que vende: Chile.
El salvamento de los mineros, buena noticia, ha sido más seguido que los mismos mundiales de fútbol. Una esperanza.

Un saludo

Javir dijo...

Perdón, el cambio de su nombre a sido involuntario, Don José Antonio.

César dijo...

Don Javir, no apueste a que algunos de los cientos de millones que siguieron el acontecimiento esperaban ver cómo se despeñaba el aparato elevador!
Es admirable ver, en efecto, como cuando los focos alumbran nos esmeramos en salvar las vidas que a nadie les importaría-me refiero al poder político- llevar a la guerra o a la miseria en cualquier otra circunstancia..

Neo... dijo...

Hombre.
Hay que ser íntegro para rechazar 500.000 euros por no contar tu vida privada.

Yo por ese dinero tampoco lo haría.

Con 6.000 me bastan.

César dijo...

Dí que sí, Neo, la pela es la pela y no tienes un pelo de tonto. Si aún se estuviera calladito, vale, íntegridad. Pero dijo igualmente todo lo que fue capaz de decir.
Yo creo que ahora no se reconcilia más. Si aún hubiese cobrado, habría esperanzas..

Mike dijo...

Qué penoso que las audiencias se decanten por este tipo de espectáculos pactados. Más que nu ca, pan y circo.

Saludos. Un blog muy interesante.

José Luis de Valero dijo...

Magnifico post, perfecto en su planteamiento y presentación de una sociedad como la nuestra, mayormente aborregada y acostumbrada como bien apunta Mike al pan y circo.

Este puto Desgobierno fomenta el aborregamiento de la plebe, puesto que es más fácil meter en el redil a cuarenta millones de incultos borregos, que a cinco millones de ciudadanos ilustrados.

Mis saludos. José Antonio. Y felicidades por este blog.

Empar dijo...

Y se le ha olvidado a usted decir que eran libres de impuestos...

José Antonio del Pozo dijo...

Gracias a Neo, a Javir, a Cesar, por dejar sus lúcidas observaciones habituales: sin ellos no sería lo mismo.
Gracias especiales a Empar, a Jose Luis de Valero, a Mike, también por su mensaje de ánimo, que la verdad viene muy bien para seguir dándole al manubrio