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jueves, 19 de abril de 2012

Dos ascensores a la misma vez


    
    Estaba en el vestíbulo del Hospital mirando  al suelo y esforzándome por pensar adrede en la esfericidad insólita del zambombo de Elsa Pataky. Pero el ¡clinck! simultáneo de dos ascensores que a la misma vez arribaban me hizo levantar la cabeza. Estaba justo enfrente, por lo que transcurría todo delante de mis ojos. Y fue como si también adrede la Realidad quisiera ofrecerme de golpe una quintaesencia de la Vida llevada a sus extremos con una intensidad desarmante y simultánea que disolvió la esfericidad patakísica al momento.
   Se abrieron las cuatro hojas metálicas a la misma vez, los dos ascensores, y de cada cubículo emergió un grupo humano, cada uno integrado por personas entre sí relacionadas, como a las claras indicaban los cuerpos con su lenguaje. Sólo que el lenguaje que cada grupo humano expresaba era en todo opuesto.
   
    El grupo de la izquierda contaba un miembro más, y escénicamente gravitaban los cuerpos del mismo –de distintas generaciones- alrededor de un chico joven y enflaquecido, de tez pálida y pasitos convalecientes pero expresión risueña. Ni siquiera hablaban o se estrechaban entre sí pero se respiraba en el grupo un aroma de alegría contenida, de medido alborozo, como dueños de un renovado ánimo para afrontar los gestos habituales: caminar, mirar al frente, cederse el paso, bajar un peldaño, palmearse un brazo. Un código de sonrisas sólo esbozadas les amalgamaba y les daba invisibles alas. Era como si redescubrieran justo entonces cada uno de ellos la valía excepcional de los más mínimos actos del día que entonces con un plus de energía ejecutaban: el dar unos pasos, abrir bien los pulmones, bracear un poco, cargar una bolsa, divisar el sol tras los ventanales, percibir la claridad del día, mostrar ademanes solícitos hacia los desconocidos que tomaban el ascensor que ellos dejaban, atrapar el bullicio de la cercana cafetería.  
    En el otro grupo el centro lo ocupaba un matrimonio maduro, levemente asidos los dos por el brazo, pero su desvalimiento gestual, su mirada proyectada hacia al suelo y vacía, irradiaba a todos los demás una similar desolación, les desflecaba entre ellos y proclamaba a la vez el hueco clamoroso de una ausencia. Era justo como si en ellos esos mismos actos nimios de la vida les resultaran entonces una carga insoportable. Como si las cabezas no pudieran mantenerse erguidas y buscaran ocultarse entre el pecho, como si sobre los hombros cargaran no visibles fardos y los brazos les pesaran el doble de lo habitual a lo largo de los costados, como si las piernas les obedecieran sólo a regañadientes, como si todo aquel vestíbulo con su luz encima les humillara y les amustiara más aún. Parecían animales heridos, sí, pespunteados sólo por una misma mueca amarga.   
    
   No sé, pero contemplar ese concentrado extremo y antagónico de la Vida tan próximo  a mí y con tan abrupta instantaneidad y contraste me llenó el ánimo de un sentimiento tan encontrado y exaltado a la vez que resultaba muy difícil de digerir. No, del todo imposible retornar ya a la esfericidad de la Pataky, esa sombra tan falsa. Contártelo aquí, al menos.  





Post/post: gracias a Juan Carlos, a el Burladero, a José Antonio, a el Hada de los Cuentos, a Bucan (gracias por la sugerencia), a Javir, a Juante, a Cesar, a Mónica,  y a Belkys por dejarme además sus sabrosas y personales reflexiones y experiencias, por hacer este blog conmigo ayer, y a Lena Lafayette por seguir el blog, puro oxígeno todos para seguir escribiendo, GRACIAS.
  

6 comentarios:

candela dijo...

Qué familiar resulta, pero bueno, tu lo explicas además, de la fabulación a la percepción de lo cotidiano tan bueno y tan malo...

Winnie dijo...

Qué dura la vida ¿no José ANtonio? Dos realidades, dos esperanzas..una más perdida y la otra renovada...Un abrazo

Carlos dijo...

Buen sitio para meditar en la doble esfericidad del trasero de Pataky,por que allí vendras a saber que el mundo de la carne no es redondo-vade retro Galileo-tarde o temprano la enfermedad y la Muerte la reduce a la mas prosaica de las planicidades.Me gustó tu reflexion.
Un abrazo

BEGO dijo...

La vida misma,idas , venidas .....
UN ABRAZO

MAMUMA dijo...

La vdia misma

NVBallesteros dijo...

Las dos caras de esta nuestra vida...
ups!!! Falte un día y me pusiste falta :(


Que tengas un buen fin de semana


Besos