Sr Sánchez Gordillo, tengo una pregunta para Usted

   

 Interpelaba Sánchez-Gordillo la otra noche en La Noria vestida de seda a un periodista, invirtiendo los roles de cada uno, en defensa de su campaña de asalto a las empresas: “pero dime, tú dime… si tus hijos no tuvieran comida que llevarse a la boca, qué harías, ¿tú qué harías?”. Es decir, equiparaba así la requetepensada maniobra propagandística de su Organización con la extrema necesidad individual, con esa argucia rastrera de apropiarse en beneficio propio las situaciones más desesperadas y acuciantes que puedan ocurrirles a las personas. Como si las ideas que llevan él y su grupo defendiendo desde hace treinta años no fueran las más acreditadas productoras de miseria y de opresión, como si no llevaran más de veinte años en el pudridero de la Historia.

   

    Atrapado así por sorpresa contra ese muro, el periodista –a su lado sonreía ufano el sedoso conductor de la Noria, multimillonario de pro él- atinó a responderle muy escueto que se buscaría en ese caso él la vida como fuera, pero que podría estar seguro Gordillo de que a él nunca se le ocurriría robar.

   

   Quedó así el asunto, pero acaso hubiera sido esa buena ocasión para devolverle la interrogante al Sr Sánchez Gordillo, tan dado él a simpatizar desde tantos años ha con los extremistas filoetarras: Y qué harías tú si primero a ti y a tu familia te insultan, luego te amenazan y amedrentan con dianas y gatos muertos, después te extorsionan, te persiguen, te gritan a la cara su ¡ETA mátalos!, te apalizan, dime, qué harías tú si acaban por de dos tiros partirle la nuca a uno de los tuyos delante de sus hijos, si descuartizan ese cuerpo con una bomba lapa, qué harías si después de asesinado te llamaran encima a casa en medio de la noche riéndose, exigiéndote que te largues de allí, si profanasen una y otra vez más tarde esa tumba, si la pintarrajearan además precisamente con injurias de ASESINO, qué harías tú entonces, Sánchez Gordillo, dime”.

   

   Porque miles de personas, en la más espantosa soledad, han sufrido ese infierno –liquidados, extinguidos,  inválidos, transtornados, huérfanos para siempre- y no tomaron venganza alguna, sr Sánchez Gordillo. 

Post/post: gracias a Juante, a Herep, a MAMUMA, a Winnie0, a Fran, a Mónica, a Aurora, a Hawai05, a Xad Mar, a NVBallesteros, a Zorrete Robert (ok), por redondear con sus reflexiones este blog, por bloggear ayer a mi lado, GRACIAS.