Como una cristalización voluminosa de
la importancia que el Partido Popular
otorga a una adecuada política de comunicación de los actos de gobierno y de
los principios y valores que le mueven, así la estrepitosa intervención del Consejero de Sanidad madrileño, Javier Rodriguez: una sarta de
melonadas ofensivas, impropias de un responsable político, sobre la que han
caído, con razón a mi juicio esta vez, la bandada de los particularísimos
intereses gremialistas en juego.
Que si la enfermera “pudo haber mentido sobre su salud”, que si “tan mal
no debía estar para ir a la peluquería”, “que si para explicar cómo ponerse o
quitarse un traje no hace falta un máster”, que si “yo llegué a la política
comido… que afortunadamente tengo la vida resuelta”, entre otras gruesas perlas
del basto collar con el que de lo lindo cual prima donna se lució Rodríguez.
¿Cuántos carísimos y bien comidos también asesores lleva él además adosados al
Cargo, que no supieron unas elementales nociones de comunicación pública al
señor consejero aconsejarle?
No le sirve a Rodriguez de
disculpa el ser médico de profesión, pues es dilatadísima su biografía
política, se remonta la misma río arriba por decenios, durante los que muy bien
sin duda ha debido comer, pero en los que muy poco de cómo comunicar en público
–y menos en situaciones de crisis- ha debido quedársele. Merece inmediato cese,
desde luego.
Los locuaces despropósitos en retahíla del consejero Rodríguez poseen valor de síntoma, como digo, del seco desprecio
con que los líderes del PP consideran las
Políticas de Comunicación, convencidos como parecen estar de que el sólo soberbio
actuar suyo obra por sí prodigios entre las mentes espectadoras. No están
acostumbrados a explicarse, de manera que, cuando lo hacen, rompen a menudo por
necias e imparables bulerías.
Hay un hilo sociológico más de fondo, creo, que en esto diferencia a políticos de derechas y de izquierdas:
mientras aquellos suelen basar su discurso y obrar político en la gélida
gerencia y en un áspero laconismo cuasi castrense, hasta el más subalterno de
los políticos izquierdistas nace, crece, prospera y se establece alrededor de la Palabra y gracias a los Discursos,
a cientos de discursos y peroratas varias, de manera que la práctica totalidad
de todos ellos son peritos y hasta magos
en explicarnos que lo blanco es negro y viceversa, dejándonos los más sueltos con la boca
abierta además, tal es su fina destreza con la Palabra en la boca. Llevan así, en la
lucha por ganar las conciencias, es decir, en el logro del asentimiento de los
ciudadanos, más de medio partido ya ganado.
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
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