Ya tú sabes, lector, cómo esto va.
Amargo como un paria en los
boulevares
Acre como un maletilla sin ocasión
Obtuso como un pelma sin novedades
Mohíno como un currante sin galardón
Frustrado como un ratón sin su queso
Tenso como el careto de wyomíng
Cerril como al que nunca le llega un
beso
Así estoy yo, Joaquín.
Rabioso como un músico sin concierto
Como pintor en desconcierto
Como en el zoo un mandril
Doliente como un joven con mal de amores
Como poeta sin promotores
Así estoy yo... en fin.
Más triste que un bloguero
Que sólo coge aire en el sombrero
Así estoy yo, así estoy yo, así estoy yo... en fin.
Tronchado como paloma con alas rotas
Cautivo como sin viento a favor rehén
Herido como colegial con malas notas
Adusto como un Cela sin su Nobel
Ceñudo como un perro sin su hueso
Anclado como barco sin porvenir
Roto como un loco sin tratamiento
Así estoy yo, así estoy yo, así estoy yo...en fin.
Idiota como un sueño desbaratado
Como un tesoro muy despreciado
Como una isla sin descubrir
Furioso como un hombre sin recompensa
Como malograda promesa
Así estoy yo, en fin.
Más triste que un bloguero
Que sólo coge aire en el sombrero
Así estoy yo, así estoy yo, así estoy yo... en fin.
Aciago como músico postergado
Como torero no valorado
Como un niño sin regaliz
Friolento como el sol de los
incomprendidos
Como el vaho de los sin destino
Así estoy yo, en fin.
Más triste que un bloguero
Que sólo coge aire en el sombrero
Así estoy yo, así estoy yo, así estoy yo, Joaquín.
¿Tienes que regalar un libro?
SINOPSIS
DE “LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS”
Me
preguntaban ayer, “bueno, vale, ¿pero tu libro de qué va?”. Me hubiera gustado
contestar lo de Woody Allen a propósito de “Guerra y Paz”: “Va de Rusia”.
Decirle yo: “Va de las ilusiones”.
Pero al escritor sin Nombre ni contactos, esos lujos le están vedados. Tuve entonces que pensarlo.
Mi libro cuenta la historia de un cuarentón
al que su mujer, que ha encontrado otro más alto, más fuerte y más guapo que
él, le señala la puerta de salida de casa. Descubre entonces de golpe su
minusvalía emocional: un paria en la tierra de los afectos. De cuanto le ocurre
después, cuando ha de salir al mundo, que le es ancho y ajeno, para superar su
zozobra, para engañar a su desconcierto. De lo duro que se le hace ese
aprendizaje elemental de la supervivencia afectiva. De cómo hallará en la
propia escritura, y en los humorísticos y sentimentales encuentros y
desencuentros de la realidad, a trancas y barrancas, la brújula que le permita
hallar al cabo su lugar al sol, una
imagen aceptable de sí mismo, y levantar así el muro de la obturación interna
que le impide ver la belleza y el propio absurdo del mundo y de la vida, que es
lo único que tenemos. De eso, de esas ínfulas buenas trata mi libro.
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