Puedo escribir los versos más alegres
esta tarde.
Escribir, de momento: “La tarde está
engalanada
y resplandecen, manantiales, los
cielos, en lo alto”.
La brisa de la tarde sopla su
contento y acaricia.
Puedo escribir los versos más alegres
esta tarde
Yo la quiero, y esta tarde ella
también me quiere.
En tardes como esta me soñé entre sus
brazos
Me besaba muchas veces contra el
viento fugitivos.
Yo la quiero, esta tarde ella también
me quiere
Cómo no amar tanto sus ojos
veleidosos.
Puedo escribir los versos más alegres
esta tarde.
Saber que aquí la tengo. Pensar que
me ha besado.
Paladear la tarde alborozada, más
alborozada con ella.
Y los versos brotan de mis manos como
miel entusiasmada.
Cómo importa que su capricho a mí
haya elegido.
La tarde está engalanada y ella está
conmigo.
No es poco. Aquí cerca alguien
murmulla. Aquí cerca.
Mi cuerpo se agiganta con tenerla a
mi albedrío.
Como para constatarla mis labios la
pronuncian.
Mis dedos la tantean, y ella está
conmigo.
La propia tarde, que hace de oro las
hojas en los senderos.
Ella y yo, los de ahora, somos esta
vez nosotros mismos.
Ella hoy me quiere, es cierto, muchas
otras tardes no.
La soñaba con ojos abiertos, para estar
así a su lado.
Mía. Hoy es mía. Antes de ella era el
desdén.
Su luz, su alma rara. Su corazón
tornadizo.
Me huía, es bien cierto, mas esta
tarde me reclama.
Es tan largo el amor, y tan extraño
su designio.
Pero en esta tarde plena, sí, que me
tiene entre sus labios,
mi cuerpo se encandila por haberme
ella preferido.
Aunque fuera esta la última tarde que
ella me tome,
y fueran estos los penúltimos versos
que le escribo.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
Porque a mi parecer un libro íntimo, no tanto porque
nos revele interioridades escabrosas, sino porque sobre todo consiga con
desnudez hablarnos como al oído de los paisajes esenciales del alma de quien lo
escribió, es también uno de los más acabados símbolos por los que alguien
ofrece al Otro –a quien físicamente no tiene delante, al que de otra forma
difícilmente podría hacerlo- la propia mano. Esto soy. En estas
historias –no en forma de un discurso, sino con destreza encarnadas en
personajes vivos a los que les ocurren cosas, a quienes sorprenden los avatares
amargos o alegres de la vida- late la urdimbre sentimental que hasta aquí me
trajo. Quiero ponerlas en común contigo. Quiero revivirlas a tu lado. Puede
que te reconozcas también en ellas. Aquí tienes mi mano, tómala.
Estréchala.
Por correo ordinario, 10 Euros; Certificado 15 Euros. Personalmente dedicado, si quieres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario