Lo mejor de la Feria del Libro
es… que ofrece la excusa perfecta para poder hablar de los libros. Y llegados a
la Feria, que es el vivir de los libros, son allí casi iguales los autores
caudales y los medianos y más chicos, casi iguales. De los que, por falta de tiempo o de
contactos, ni a tenderete de la Feria llegan, ya ni hablamos. Aunque, qué pasa,
también en la Ciberesfera puede
celebrarse la Fiesta anual del Libro. Es una buena ocasión para que los amigos
verdaderos se acuerden, y se regalen o regalen el libro del amigo escritor a
quien siguen, con quien a diario disfrutan, se emocionan o razonan. En fin. Cómo calibrar la ilusión inconmensurable con
que acuden los autores humildes a la anual celebración del Libro: con la misma
alegría esperanzada con la que los niños pobres en los días de viento extienden
sus cometas multicolores hacia los cielos. Acuérdate de mí, amiga, amigo. No me
desees suerte, por favor.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
A Armando, un cuarentón de
clase media, un buen día su mujer le señala la puerta de salida de casa. Ella
ha encontrado a otro más alto, más fuerte y más guapo que él. “Aprende a
quererte y los demás te querrán”, le sentencia. Descubre entonces Armando, de golpe, su minusvalía
emocional: un paria en la tierra de los afectos. Ha de salir al mundo; a un
mundo, que por temperamento, le es ancho y ajeno. Cómo superar su desconcierto,
cómo sobrellevar esa zozobra, cómo suturar la herida… Cómo aprender a
re-armarse como persona. En las asombrosas peripecias humorísticas, librescas y
sentimentales que le suceden, en ese cúmulo de emocionantes encuentros y
desencuentros… ¿hallará siquiera a medias Armando
su lugar al sol?
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