Tras las túnicas golfas de la
Púnica, lo que hay que ver: el “coloque” de
Wert, o el Estado como botín, es
decir, los ex –ministros como okupas de
postín, y ahorita la reunión de Fernández,
Ministro del Interior, en estelares momentos procesales, cuando quiere limpiarse la imagen del PP, con Rato, en apuros policiales y judiciales él, presunto de gravísimos
delitos por ser quién fue, o sea, la confusión del Estado con los amigos. Para más inri, el mismo Rato cuando se explica, deja a Fernández, ministro de la Cosa, en picardías. Ni aposta lo hacen peor. ¿Qué es
más todo esto, sr Rajoy, torpeza
suma, estulticia máxima, idiocia básica o cínico descaro? La conjura de los
necios fenicios, sí. Que les ondulen, oiga.
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1 comentario:
Pues no lo veo yo para tanto... Aún recuerdo cuando el torpedo de Palas, el fuera de todo lo común, a continuación, Pepiño Blanco, se reunió en una gasolinera, coche oficial en ristre, que debe ser algo así como territorio ministerial desplazado, con un elemento que pretendía de él unos favores, y que luego afirmó haberlos pagado por adelantado.
Pepiño, cuando ya toda la marejada mediatica pasó, resultó exculpado de maldad alguna, por un juez de la cosa. Sí de la cosa que llevan entre manos jueces y políticos.
Que es una torpeza, rozando delito, de Fernández Díaz y de todo el PP, pues claro... pero nada comparable con los años aún más ignominiosos de la era zp.
Al final todo queda en manos de los editores de medios, y sus secuaces periodistas, capaces de convertir un desliz en algo cercano a la hecatombe de Hiroshima.
Mientras, la llamada opinión pública, recoge los titulares directamente en el tálamo, porque digerirlos previamente en el neocórtex cansa muchísimo.
misael
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