AMIGAS Y AMIGOS, FELIZ DOMINGO: ¿TE GUSTA ECHAR UNA MANO A LOS ESCRITORES SIN NOMBRE A QUIENES LEES? Adelante, entonces...
GATO ENCERRADO
Hay un relato de Carver, sin alma, como casi todos los suyos, (pues el dirty realism refleja hasta acabar proponiendo unos modelos humanos grises y planos hasta decir basta) en el que cuenta, sin ninguna emoción, una episódica relación adúltera. El detalle a mi juicio potente del mismo es que la mujer tiene en su casa un gato, que por allí ronronea y trastea, testigo mudo del casi sórdido -por rutinario, por frío, por soso- forcejeo de los cuerpos. Bueno, pues llega el tío, mira al gato, y sin protesta ni comentario alguno de la mujer aquella, va y lo encierra en el cuarto de baño antes de proceder a la triste coyunda. No pasa nada más -o al menos no lo recuerdo yo ahora, porque el dirty realismo va de eso, de esa desolación aplanada en la que nunca pasa nada salvo la insoportable grisura de sus "héroes", pero el detalle del gato encerrado -pobre gato castigado, tristón y azulón en aquel wc confinado, mientras al lado bufan un poco los otros- no deja de cargar de tensión, de turbulencia emocional, e involuntariamente de mil expresivas significaciones, entre poéticas y prosaicas, la cosa. Y como hablábamos de gatos, aquí te lo pongo yo, mon ami.
(No te pierdas el video de abajo, please, pínchalo y verás)
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
A Armando, un cuarentón de
clase media, un buen día su mujer le señala la puerta de salida de casa. Ella
ha encontrado a otro más alto, más fuerte y más guapo que él. “Aprende a
quererte y los demás te querrán”, le sentencia. Descubre entonces Armando, de golpe, su minusvalía
emocional: un paria en la tierra de los afectos. Ha de salir y abrirse al
mundo, a un mundo que, por temperamento, le es ancho y ajeno. Cómo superar su
desconcierto, cómo sobrellevar esa zozobra, cómo suturar la herida… cómo
aprender a re-armarse como persona. En las asombrosas peripecias humorísticas,
librescas y sentimentales que le suceden -discotecas dudosas, fatales mujeres,
rollizas peluqueras, un sofá misterioso y abrazador, un buzón en el que ya no
figura tu nombre, el fiasco de una noche de verano, una chinita que hace como
que toca el violonchelo en el metro, una niña que juega en el patio a la
rayuela mientras otro niño la observa tras las cortinas, las Navidades
agridulces, risas y humo, ginebra y música, un amigo fiel, una mujer bella y
propagandista, los malentendidos en que consiste a veces la existencia, alguien
del pasado que reaparece para bien y para mal, el lío de un sms enviado por
error, una Venecia imaginaria, un vikingo fenomenal, la memoria de la
emigración, un juego de dardos al límite, un padre y un hijo paseantes y
ofuscados, un ascensor y una comunidad de vecinos estrafalarios, un cumpleaños
insólito cantando a lo Sabina entre polacos… En todo ese cúmulo de emocionantes
encuentros y desencuentros… ¿hallará siquiera a medias Armando su lugar al sol?
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