¿Tienes que hacer un buen regalo? ¿Te
gustaría leer y tener mi libro?
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON INFULAS
154 pgs de humor, amoríos, aventuras e ilusiones.
Personalmente dedicadas. Puedes pedírmelas aquí, o escríbeme a josemp1961@yahoo.es Es muy sencillo. En España: 10 E por correo ordinario, 15 E por correo certificado.
154 pgs de humor, amoríos, aventuras e ilusiones.
Personalmente dedicadas. Puedes pedírmelas aquí, o escríbeme a josemp1961@yahoo.es Es muy sencillo. En España: 10 E por correo ordinario, 15 E por correo certificado.
La devoción formal, la entrega y el íntimo entusiasmo con el que los más
importantes artistas norteamericanos, en las más simbólicas y cruciales
ocasiones para ellos como nación, se ofrecen a cantar para todos su himno, mueven a admiración, claro, en la
medida en que esa práctica continuada en ellos, los depositarios de tantísimas
adhesiones emocionales, es la argamasa
ideal que por encima de muchas mayores diversidades de todo tipo –sociales,
étnicas, generacionales, geográficas, vivenciales, religiosas- que las que podamos en España conocer, les mantiene cohesionados en esa emoción como
multimillonario grupo social, capaces de soportar una convivencia y un futuro
compartidos.
La última ha sido la impar Lady Gaga en la gran final de la
Superbowl, con una ejecución tan limpia como arriesgada y vibrante,
brillantísima, que a todos dejó boquiabiertos. Como en la ceremonia de posesión
de Obama igual Beyoncé hiciera. Así es que, conmocionado uno un poco también por
el ejemplo, a la noche soñé, bendita ilusión,
eso, que en la próxima Final de
la Copa del Rey de España, de pronto al centro del campo saltaran Serrat y Sabina por los hombros
enlazados, y que ante el general respeto, se atrevieran con el corazón en la
mano a entonar el lalalá del himno
español, o el España camisa blanca de
mi esperanza, aquí me tienes nadie me manda, quererte tanto me cuesta nada…
de Blas de Otero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario