Y mientras la cabeza nos responda, jamás lo haremos, María Dolores
Pradera. Has muerto. Descansa en paz. Tenemos a buen recaudo el paño precioso
de tu voz y de tu música mientras sigamos vivos nosotros. Contigo va ese hondo misterio
por el que quienes nada somos admiramos a un/una Gran Artista. La admiramos a través y a pesar del Tiempo hasta el punto de, sin conocerla ni rozarla de lejos en nada, llegar a
quererla, a sentirla tan nuestra como a los más nuestros. Ese misterio se
explica un poco como respuesta a la natural gratitud que hacia ti sentimos sólo de verte y oírte, pues hiciste
así más bonita nuestra vida. Vida eterna entonces al prodigio de tu Voz, ese
milagro de densidad que a la vez aunaba fuerza y sentir, que era a la vez
terciopelo y piedra, seda y melocotón, almíbar y guijarro, manantial y aluvión,
y eterna vida al empaque, la dulzura y la reciedumbre con que al mismo tiempo
desgranabas tu cantar. Entre todas tus obras mi preferida es este “Procuro
olvidarte”, estremecedora y hermosísima letra de amor de Alejandro Fernández, que para mí
cantabas Tú como nadie. Seguiremos, menos tristes así, la ruta de un pájaro
fatalmente herido hoy. Procuraremos no olvidarte, María Dolores Pradera.
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1 comentario:
Elegante mujer. Elegante voz.
Bonito homenaje. Y merecido.
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