A cualquier hora que al azar enchufes la Tele en cualquier país, sea a través del canal que sea, de los de siempre, por cable o digital, telefilme facilón, serie de culto o estreno vacilón, hay más de un 90% de posibilidades, calculo, de que te estén dando una de psicópatas, una más de morbosos asesinatos marchando. “El apabullante encanto del psicópata”, podría titularse la cosa, pues a menudo al tal cabrón te lo retratan fascinantemente atractivo, que así mismo lo definen luego los millones de espectadores, en contrate con el nada sexy y tonto buenazo de turno. Habría que estudiar y repensar bien el porqué y el para qué de tantísima producción del género “Una de Psicópatas” en todas las televisiones y netflixs del mundo. ¿Reflejan esas “creaciones” la realidad? ¿Contribuyen, al recrearla con tal malsano gusto, a propiciarla? ¿O precisamente al, como ficción, mostrarla tanto, al evitar así la represión de esa pulsión de Tánatos al parecer innata en las personas, se evita que con mayor fuerza estalle en la realidad? Me gustaría investigar y escribir un libro sobre eso, aunque, siendo uno nadie, quién lo iba a escuchar, para qué enterrar tanto tiempo y trabajo en ello. Contentémonos pues, porca miseria, con revolotearlo: sabemos que históricamente, comparando siglos, no son las actuales las sociedades más violentas a lo largo de la Historia. Todo lo contrario más bien, Steven Pinker dixit. No sé, me gustaría saber a ciencia cierta si las sociedades europeas del presente, la española por ejemplo, eran más violentas -asesinatos, agresiones, navajazos, etc- hace 40 años.
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