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martes, 22 de septiembre de 2020

UN MUNDO INFERNAL

 


 Escribíamos ayer... que en lo que a la pura creación artística se refiere, contar el Bien es mucho más difícil que contar el Mal. Las truculencias EXCITAN muchísimo, incluso físicamente, al personal. Lo absorben con facilidad. Es como si en el despliegue mugriento y sangriento del psicópata de turno en la pantalla sintieran los espectadores oscura y secretamente liberadas y reflejadas potentísimas pasiones violentas propias en continua ebullición. El Bien suele parecer aburrido, a punto de hacerte caer siempre en el bostezo. Contar el día a día de un padre y de una madre cabales y ejemplares, de un niño estudioso, no sé, de un buen carpintero que poco a poco progresa en su oficio, tienen su miga, necesitan de un gran TALENTO, intelectual y moral, en su creador… y en su receptor. Pones a un par de zorrones, drogotas y gangsteriles, escupiendo tacos y tiros… y al momento tienes a toda la parroquia ojiplática. Es como si las pasiones destructivas necesitáramos verlas imaginariamente recreadas para que en la realidad no exploten entre nosotros. ¿Y qué pasa entonces con las pasiones “buenas”? ¿Son acaso menos propias de lo humano? No sé si entendemos bien el radical PESIMISMO antropológico –en las antípodas de las arcangélicas antífonas esas de que la persona es buena por naturaleza y tal, y que son en realidad cuatro los malvados malvadísimos, -¡psicópatas, mira por dónde!- que lo estropean todo- que se deriva de todo esto.

SOY ESCRITOR.
111 ROSAS, LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS, no quieren ser dos LIBROS más, son obra viva, y palpitante, y quieren quedarse a vivir entre el corazón de sus amigos, ahí confinados, sí. Y que no son caros, 17 E los dos. 10 E uno de ellos. Envío incluido. CONSÚLTAME. LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS: A Armando, un cuarentón de clase media, un buen día su mujer le señala la puerta de casa. Ella ha encontrado a otro más alto, más fuerte y más guapo que él. “Aprende a quererte y los demás te querrán”, le sentencia. Descubre entonces Armando, de golpe, su minusvalía emocional: un paria en la tierra de los afectos. Ha de salir a un mundo, que, por temperamento, le es ancho y ajeno. Cómo superar su desconcierto, cómo suturar la herida… cómo aprender a re-armarse como persona. En las asombrosas peripecias humorísticas y sentimentales que le suceden… ¿hallará siquiera a medias Armando su lugar al sol? 154 pgs.
111 ROSAS o EL LIBRO DE LAS AGRIDULZURAS. 301 pgs. Un hombre, más sensible que patético, a la busca de sí mismo y de los demás, a la búsqueda de los afectos perdidos, por cielos, mares y Antros, entre mujeres fatales y mujeres magistrales. Es la CONTINUACIÓN del Bobo. Te reirás. Te dará que pensar. Te emocionará. Amor, humor, ilusiones, vulnerabilidad, ternura, tantas historias bonitas.

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