No hace tanto, al escribir sus Memorias, los Famosos contaban la verdad, la suya al menos, en algo se sinceraban y reflexionaban con serenidad sobre las vicisitudes reales de su vida pasada. Eran, por ello, pese a ser versiones de parte, libros muy interesantes, repletos de vivencias, de fina sabiduría en general. Hoy, acaso asesorados por comerciales cerebritos que les pone la Editorial, literalmente se inventan esa vida, la atiborran de truculencias, de sexo, de incestos, de drogas, de violencias que no existieron ni por asomo, involucrando en la misma incluso a familiares cercanos ya muertos que no pueden defenderse, a modo de carnaza chunga y bajuna con la que estafar a los consumidores. Las “MEMOBASURAS” podríamos llamarlas, ese mugriento género propio de timadores sin escrúpulos, que tan pingües beneficios proporciona a Celebrities y cía.
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