Si antes "una palabra tuya bastará para sanarme" era el mandamiento central, ahora es una imagen la que mueve el mundo y la que bastará para indignarme o jalearte. Ya puedes durante horas machacarte el texto mejor trabado de argumentos y de metáforas a la vez, que a nadie interesará. Ahora bien, coloca una imagen/carnaza, acompáñala de los cuatro topicazos del momento y no te faltará, maldito escritor sin nombre, la compañía de… ¿lectores? ¡Te comentan agitadísimos y en tropel las fotos que pones! ¡Has de pedirles, por favor, que lean tu texto! La imagen que ilustra un texto ni lo resume ni mucho menos lo reemplaza, tan sólo de alguna manera lo alude; es sólo el anzuelo o medio que remite a un fin, el texto, la esencia. Bueno, eso era antes. Ahora, escritor maldito, tu escritura, tu texto, valen nada: apenas el gastado felpudo sobre el que reinan las imágenes aplastantes.
SOY ESCRITOR: EL ALGORITMO DE LOS BESOS TRUNCADOS: amores y humores, sentimientos e ironía, desengaños e ilusiones, versos y besos, ternura. Pídemelo aquí. Te gustará. 152 pgs, 10 e envío incluido.
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