…Sé que las redes sociales –su embrollo congénito, es decir, la pérdida del sentido y la perspectiva que acarrean- nos han fanatizado tanto que, ni la curiosidad intelectual, ni el gusto por conocer las palabras y las razones del otro, mueven ya a nadie , tampoco a los que hasta entonces por otros motivos te apreciaban. Intuyo bien que tras una publicación política concreta es la SOLEDAD –en el mejor de los casos- lo que me espera. Bueno, escribir de Política será también una prueba sobre la verdad y nada más que la verdad de las personas que de verdad te aprecian. ¿Callarse? No, no debemos renunciar a exponer nuestros principios, por más que podamos perder popularidad con ello. De perdidos, al río… al río de tu verdad. Ha de ser uno sobre todo LEAL a la voz de su conciencia, a su recto saber y entender. Te respeto y respeto tus ideas, siempre que no pretendas liquidarme, claro, que yo no quiero eso para ti, puedes creerme. Necesitamos tolerancia y respeto, tanto como agua y oxígeno. Y en la defensa de nuestras ideas, hablarnos y escucharnos –al menos a quien aprecias- con un poco más de sosiego, creo. CONTINUARÁ...
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