Verás qué bonito es. Y la clara Comunidad de las Redes, que es la más educada del mundo –al menos los casi 5000 que somos aquí amigos- volverá mañana con el ala a tocar en mi cristal, a derramar sobre mi mocha, y para mí dedicados, mil y un genéricos deseos de FELICIDAD. Pero aquellos que el vuelo refrenaban, ¿DE VERDAD ME LEERÁN? ¿LEERÁN COMPLETO ESTE TEXTO? Peor aún, ¿harán como que no me leen? Porque mi dicha, real y concreta, sencilla y discreta, bien fácil es de materializar: si tienes que hacer, o que hacerte a ti mismo, un regalo, porfa, acuérdate de mí y regala, regálate, mi Libro de los Besos (10 e envío incluido). Quedarás bien con esa persona, estoy seguro; le regalarás a ella, te regalarás a ti, me regalarás a mí. Recuperaré así el dinero arriesgado por el muá para la edición de este delicado libro. Tampoco pido tanto, ¿no? Sería mi verdadera felicidad, escrito queda. Merci beaucoup.
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