Más allá del sueño truncado de una noche de verano, el fenómeno Amy&Mulas describe sólo la perenne
renovación de esa privilegiada “nueva clase”, descrita ya por Milton Friedman, que detenta la
hegemonía ideológica en todas las sociedades fuertemente intervenidas por el
Estado. Vendrían a ser los Amy&Mulas
la modernísima actualización de la ya un poco achacosa Ceja Nostra. Como a los concursantes del Heraldo de estos tiempos,
el Gran Hermano, –no es para nada
baladí que la Papisa suma que oficia el mismo sea Mercedes Milá, el aroma progre y archiforrado que con ella va-
qué cabe en primera instancia decirle a los Amy&Mulas excepto que están… ¡guapísimos!
Pero representan en el fondo los Amy&Mulas,
esa especie de aves picasubvenciones, la “nueva clase” de siempre, la que
surge y prospera con el desarrollo de la estatalización: esas minorías burocráticas
(formadas por intelectuales, artistas, enseñantes, investigadores,
funcionarios, jueces, trabajadores sociales) que, so capa de defender lo
público, se aseguran maravillosamente sus intereses particulares.
Su misión central es la administración de las palabras, los símbolos y
las ideas –de ahí la inagotable producción de libros, informes, películas,
canciones, programas, de ahí su machacona denuncia del Ultraliberalismo, cuando la participación del Estado no baja en las
sociedades occidentales del 40%-, es
decir el control hegemónico de lo imaginario que, proyectado en continuum sobre
los ciudadanos, garantizará su cosmovisión, su privilegio por tanto.
Los integrantes de esta “nueva
clase” figuran por lo general entre los miembros con más estables y notables ingresos
de la comunidad. Y para muchos de ellos la eterna prédica de la igualdad y el
fomento y la administración de la legislación resultante suponen un medio eficacísimo
para conseguir y asegurarse tan seguros ingresos. Si los estrictos datos de sus estilos de vida
bastarían para desmentir de cuajo sus perennes baladas igualitaristas y
filantrópicas, resultan estas por contra el instrumento indispensable para
mantener su privilegio, a la vez que para mágicamente enmascarar el mismo, pues
suelen derramarles encima el elixir precioso de la veneración popular.
Claro, estos Amy&Mulas
viven dopados bajo una espléndida autoconciencia, la que les otorga su formal
ideología progresista y redentorista. No importan en realidad los estrictos
datos de la realidad: hagan lo que hagan, los Amy&Mulas, esos epítomes del más elitista socialismo guapo, son
percibidos naturalmente como buenas personas, que llevan asegurado en su
postrer perfil biográfico, el sello de su compromiso y su decidida apuesta por
un mundo más humano, justo y libre.
Y usted, miserabile bloguero faccioso, que vive de su trabajo y se las
da de liberal, que no “coloca” un libro ni a su vecina del cuarto B, es sólo el
portavoz de los poderosos, del egoísmo, de la codicia y de la avaricia más
inhumanas. Que lo sepa.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS (Resumen de la obra en post del 27-1-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
11 comentarios:
Son sólo la nueva forma del fascismo más despótico y cruel.
Ellos han sabido renovarse y disfrazarse corriguiendo los errores de sus predecesores. El el populacho el que con buenas dosis de pan y circo no se entera del asunto. Y sigue idilatrándolos de la misma forma y manera que antaño otros pueblos admiraron, protegieron y amaron a sus explotadores.
"Cambiarlo todo para que todo siga igual."
SOMOS TONTOS.
¿CASTA LISTA?
Si ellos son listos y consiguen metérnola, es que nosotros SEMOS UMMM TONTOS.
Al pan, pan y...
Nota: Aunque ella no tiene la boca grande... yo la dejaría jugar.
Perdón señoras.
Genial, cabal, preclaro, este post tuyo de hoy, sobre esa generación maldita -que ahora todo lo atiborra y enfanga- nacida en los comienzos de la transición española.
Y es que no es baladí esta que denominas "Breve sociología", que será breve pero también profunda, a falta de un desarrollo más amplio. Quizás -salvando las distancias, aunque no las coincidencias planetarias y globalizadoras- sea la mejor síntesis de lo que tanto preocupa a Woody Allen en sus últimas películas, por lo demás paradigmáticas de ese irreprimible sentimiento de congoja de una generación por otra, a la que no se le ha sabido dar ni referentes ni valores.
Y esa es la autocrítica mayor que un cincuentón como tú se hace. ¿Qué nos pasó para que en un determinado momento impreciso de la historia reciente, no supiéramos propiciar el relevo tranquilo y evolucionado a esa generación peripatética, snob, hueca y -sobre todo, por desgracia- tan vanidosa de su propia estulticia y sus manejos abyectos?
Escribo así porque puedo, porque he sufrido -a mis cincuenta- a una "clon" de Amy Martin, con tós sus avíos, como decimos por Andalucía: también de 38 años, engreída aspirante eterna a una plaza de Instituto Cervantes en Oriente Próximo (aún está en ello y se lo cree, aunque vive de "trincar" los 2.000 euros de interina muy prosociata en un Insti muy prosociata, impartiendo algo de lo que no tiene puta idea), filósofa ocasional (mayormente para escaquearse del puesto), cuentista (como Amy o más), entendida de música (solo escucha a Juanito Valderrama, pero dice conocer a un compositor de ópera psicodélico, que no está en los repertorios y, lo que es peor, afirmaba ella no reconocer para qué existen los directores de orquesta, hasta que servidor le proporcionó un disco-demo de Gergiev, donde se demuestra lo trascendental que es un director de orquesta), superexperta en cine, divina de la muerte, aunque solo reconoce una peli excrementicia como ella (Léolo) + el cine generacional de un cincuentón que ha vivido del cuento chino treintañero y que no es otro que el insufrible y pestiñero Medem. Y así todo...
Políticamente ya ni os cuento: la tal permanece colgada en el bando republicano de sus abuelitos. Eso le da árnica para odiar el Cristianismo (la serie televisiva de la Inquisición es su best-seller) y a todo lo que no sea zapaterismo (la gran virtud de ese otro cincuentón estafador y de pega fue -como el Medem- triunfar como vendedor de crecepelo para la generación de los mundos de yupi, de la que estamos hablando).
Logse; desprecio olímpico a los valores humanos de siempre; pavor al compromiso (no es desdeñable ese mareo de perdiz de Amy con respecto a Mulas y viceversa, por el que no sabemos exactamente si alguna vez han coincido en un sofá a ver la tele); Resentimiento de sus padres; becas Orgasmus (todos sin excepción, mi "Amy-guita" también, por supuesto) tienen que haberse ido de fiestorro y sexo, con el dinero que nos ha robado Mariano a los funcionarios esta Navidad, a algún lugar remoto, para vacilar de guays, viajeros impenitentes para ser modernos y no como Franco (véase el bló de Jesús Terrés) y, ya de paso, establecer el agravio comparativo de ser putos ganadores, etc. componen un cuadro patológico verdaderamente pasmoso. No en vano, si nadie lo remedia, tendremos una reinona de esa generación maldita (Leti) que se ha movido y mueve por los mismo parámetros.
En fin, la lista de despropósitos que los de 50 no hemos sabido evitar (para colmo, la derechona no sabe qué hacer para emular el éxito socialdemócrata) y los de 30 y 40 han asumido como imprescindibles en su onanista, mediocre y vacío modus vivendi, sería interminable.
Verlo con mirada desapasionada está bien y debe ser fecundo tema de preocupación, análisis y estudio curioso. Pero haberlo sufrido en propia carne con toda su ignominia y horror, bien merece que se escriban y asimilen cosas como este post, por simple expiación y exorcismo.
Saludos y lamento la extensión.
Juante.
Juante, su post duele porque lo escribe usted con dolor. Se nota.
Hemos bajado la guardia y nos han dado tantas que nos tienen noqueados. Hace falta alguien valiente. Ya casi todos estamos con las fuerzas justas para decir.. ¡ay!
Muchas gracias, amigo Napo. No lo quería decir, porque no me correspondía decirlo a mí. Pero sí, lo he escrito muy dolido. No he podido evitar responder -responderme- de esa manera al post de José Antonio.
Doloroso, muy doloroso asunto por lo que representa, pues si fuera un caso aislado, no pasaría de pura anécdota choricera, pero este affaire es sólo una muestra de esa basura vestida de tules progres que tan bien ha retratado Juante en su comentario y que nos rodea por todas partes.
Guapetes, pagados de sí mismos, creídos, horteras, yuppies triunfadores gracias a la teta de lo público y cuando rascas el barniz: Nada, en todo caso podredumbre.
Juante, magnífico texto, amigo.Supongo que el tiempo, la distancia, el no quedarse con ello dentro y echarlo y contemplar ahí el propio penar, todo eso hace q al final duelan menos las heridas.Gracias por tu ayuda.
Gracias a los demás también, a Trecce, a Napo, a todos.
Es un trocito de la tarta de mierda que es nuestro pais.
Gracias a ti, amigo José Antonio, por tus palabras llenas de autenticidad. Y a Trecce, que también hace una buena reseña. Soy consciente de que, lejos de extrapolaciones, este es un mal muy extendido hoy en día. Que se promociona por todos los medios, desgraciadamente, en aras de una falsa modernidad sin sustancia ni sentido. Un abrazo.
Es sangrante no cabe duda
Bnos dias, soy nuevo por estos lares pero viejo en el sentimiento que se refleja en el articulo y en los comentarios,mcon los que no puedo estar mas de acuerdo. No puedo mejorar lo ya dicho, tan solo certificar la pena enorme por saber que da igual si miras a la izquierda o a la derecha, la generacion dirigente no da la talla para un pais europeo. El lodo ideologico progre y el papanatismo conservador nos atrapa y nos enreda pues asi el verdadero poder factico nos domina, nos esclaviza y nos posee.
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