Máximo Pradera, ese fino
humanista del más profundo Pensamiento, cuya sutil divisa es “yo reivindico la
superioridad moral de la Izquierda: la Izquierda defiende valores, la Derecha
defiende intereses”, días después de los incidentes violentos de este 22-M, tuiteaba a sus cincuenta y muchos
mil seguidores:
-“Me voy para El Cascabel 13 TV. Special Guest Star Tonight: Cristina
Cifuentes”.
Pero qué gracioso es él, pensé. Que Cristina
Cifuentes será toda una estrella, vale, pero la luz que irradia Pradera no es menor, y también en lo
más alto del firmamento mediático luce él. Que uno supiera se trataba ésta de
la primera vez en que coincidían ambos en el estudio tras el grave accidente de
ella. Cómo no recordar entonces el resplandeciente tuit que al efecto desplegó Pradera
entonces, cuando el tremendo alcance del mismo no estaba claro:
-“La vida de Cristina Cifuentes no corre peligro. Ojalá muchos
madrileños pudieran decir lo mismo”.
Se fue aquella misma noche Pradera a
13TV y depuso allí “… que Cristina Cifuentes es una persona
muy agresiva, que ha generado mucho odio” y por ello dijo “humanamente comprender” el vendaval de
odio que a través de Twitter la Izquierda Ultra desató, deseando a grito pelado
la muerte de Cifuentes, como ya
deseó a voces la aceleración mortal del cáncer que padeció Esperanza Aguirre. Ahondó días después sobre el tema en su blog el
Artista arborescente:
-“Es evidente que los miles de personas que han deseado, botella de
champán en mano, que el ingreso hospitalario de Cifuentes –motivado, recordémoslo, por su propia imprudencia,
culminara en su fallecimiento no estaban añorando la muerte de un ser humano,
sino la desaparición de un torturador callejero”.
Creo que rebrillan bien nítidas las lindezas que él le dedica, así como el fulgor –en tantas otras ocasiones
aquilatado- de ese noble estilo humano, demasiado humano que en Pradera titila. Acaso un poco por todo
esto tenía su “aquel” el televisivo encuentro, junto a varios comentaristas
más, que a ambos reunía. ¿No le harías tú, lector, de haberte ocurrido eso a
ti, al menos un par de consideraciones al Artista arborescente?
Quizás no le apetezca a Cifuentes
remover el asunto. Ignoro del todo, claro, sus motivos, o sus “intereses”, que
diría Pradera. Ni la más mínima
explicación ella le pidió, ni el menor comentario alusivo hicieron. De forma
abracadabrante esa noche se sacó entonces de la manga Pradera un patético speech, del todo insólito en tan humanista
persona, de repente en las antípodas de las masas indignadas situado, acerca de
“las hostias como panes, a lo Chuck
Norris, que en situaciones así debe repartir la Policía, mi policía”. Pues
vaya, los finos valores que defiende aquí el Señorito progre, pensaba uno.
Para compensar el número zarzuelero que se había marcado, Pradera depuso a continuación en vivo
que “Ana Botella se piensa que Cristina Cifuentes es su chacha policial”,
cruda imprecación contra la Alcaldesa madrileña ante la que Cifuentes, por la
razón que fuera, por los “intereses” que fuera, que diría Pradera, no desplegó los labios. Pero es que antes Cristina Cifuentes había retuiteado a
sus cincuenta y muchos mil seguidores en Twitter el tuit de Pradera que la anunciaba en el
programa. Es decir, quiso Cifuentes
que todos sus seguidores supieran la buena nueva de que en esa tele de esa
guisa estelar así Pradera la
presentaba. Cifuentes sabrá. Más que
yo, de todas todas. Desde luego, ni en los mejores capítulos de La Casa de la Pradera pudo verse cosa
igual, es todo lo que digo yo.
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1 comentario:
Madre mia madre mia. ¡ Qué cabeza tiene que tener este señor de la pradera ! Y pensar que el día que sin darme cuenta no le doy los buenos dias al vecino del segundo, me como la cabeza sobre qué pensará de mi.
misael.
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