Ambientación de docudrama comprometido,
un barrio castigado por los recortes a
modo de metamensaje, una musiquita
tenebrista que tiñe las imágenes de resonancias lúgubres. Dentro del coche,
majetes, próximos, informales, entrañables,
vienen los dos Líderes Emergentes
intercambiando intimidades, tan amigables. La sorprendente y espontánea
confesión de Pablo entonces, en la
que nadie parece reparar y que contradice el leitmotiv básico de los emergentes
(la Casta): Cómo estás… Cansado… a mí me alucina cómo hay gente
mayor que se dedica a esto, y cómo aguanta… esto acaba con cualquiera.
Sorprendentemente, como si fuera el Tercero el verdaderamente
Importante, son ellos dos quienes van al
encuentro de su Promotor, el Follonero, envuelto en su icónica
indumentaria típica, tan plagada de connotaciones populares: la trenka con capucha y una chapa rebelde en la
solapa. Resulta algo estrambótico, pues la Pareja emergente va en camisas. Muy abrigado te veo, murmura Pablo,
sorprendido. Exigencias del guión, hombre, que no te enteras. Cuatro pasos por
el barrio consiguen la transubstanciación:
parecen ya en imágenes, de puro
sencillos los tres, emanaciones propias de la popular barriada, carne misma
de Pueblo. Albert se estira a veces, incómodo, se le ve menos acostumbrado a
estos numeritos.
El Follonero que, una vez
editado todo, no da puntada sin hilo, cierra el círculo introductorio: aquí en las municipales ganó Podemos con Ada
Colau, y en las autonómicas ganó Ciudadanos, y de forma clara ambos. Es
decir, el Pueblo y sus Líderes, ¿se pilla la indirecta? Les hace pararse ante
un kiosko y pilla el Follonero… EL PAÍS, por supuesto, con una noticia
en primera favorable a Ciudadanos contra el PP. Todo perfecto, pues. Todo
dispuesto para arribar ya al más lógico escenario para lo que viene: el
prototípico bareto de barrio, que
inunda aún más al Trío de cálidas resonancias populares, qué guays. Parece el bar del Gordo de la Lotería del
año pasado, sí, y algo de eso tiene, pues qué duda cabe que los tres son
bien agraciados personajes. Y es que es eso: estamos ante un spot.
Saludos y conversa con la señora del
bar, quejosa al inicio, encantada después, ideal. Tres cafelitos. (Imposible no acordarse de los cafelitos de Juan Guerra,
de los cafés a ochenta céntimos de Zp,
del relaxing cup de Botella, otros tantos spots como éste.)
Una mesa y dos sillas, ese es todo el desnudo escenario. Aquí no hay nada negociado, apunta sacando pecho el Follonero. Uno a cada lado y el Boss en el medio, como debe ser. Dos
sillas vacías al final, ¿lo pillas?, las de los de la Casta, ausentes del
debate, ausentes del Barrio, ausentes del Pueblo. Para lanzar ya el Cara a cara incide Évole … ¡en los debates televisivos de Felipe y Aznar del año la
polka!, olvidando el de Rubalcaba y Rajoy de las pasadas
elecciones, pues quiere el Follonero contrastar
lo rígido y enconado de aquellos frente a lo libre y auténtico que va a ser el
que ha pergeñado él.
Sólo que el Debate que vamos a
presenciar es más bien una estafa, un combate amañado, diríamos. Felipe y Aznar se tiraban a matar, y
negociaban hasta las toses, porque de verdad se lo jugaban ahí todo uno contra
otro, mientras que esto de Iglesias y
Rivera es una pachanga, es la calculada escenificación publicitaria de unas
cuantas diferencias sin hacerse pupa y que a los dos legitime y beneficie ante
sus respectivas clientelas. Por eso pasan de puntillas sobre todo, por eso
tantas sonrisitas y buen rollo, por eso Iglesias
–que no te enteras- exclama divertido ¡a
este paso nos vamos a presentar juntos!, por eso coinciden ambos en
enarbolar el mismo modelo… ¡Dinamarca!, que algo sí que olía entonces a podrido
en la pantomima, que muy a conciencia parecía ya pensado el Cara a cara.
Incluso el más Importante sin duda de los Tres, el Follonero, halló en la ocasión resquicio
para, embromado como suele él, mostrarse benevolente con las tesis separatistas
que pretenden legalmente –ya les
zumba el bolo- romper España pero, ah, conservar la nacionalidad española, y evitar
así su salida de la UE. Sí, yo creo que el verdadero ganador del Cara a Cara de la Sexta, fue el Follonero, de la selecta Casta de los Progres Millonarios, la
sal de la vida, oui.
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