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viernes, 30 de octubre de 2015

Y Neruda fue violadooor... allá en la India

     


    ¿Me gustas cuando callas porque estás como ausente? ¡Y tanto! Entre los Santones que del Sacrosanto Comunismo hay, entre esa Vanguardia de Abnegados Idealistas Sobrehumanos, entre todos ellos Neruda reina ahí, ay. Ay, lo que con marmórea desfachatez encima nos cuenta en sus memorias -¡que son de 1974!- el Hiperpremiado vate, ay. Innoble Nobel, vamos. ¡Si le pillan las Femen! Pero vamos al lío, ponle tú el nombre exacto de la cosa, inteligente lector.
      En 1927 fue nombrado Neruda cónsul en Ceilán. Cuenta que vivía en un bungalow, en el que, reseña él,  el excusado no estaba al lado de la ducha, sino al fondo de la casa, y que era un simple cubo de metal bajo el agujero redondo. Neruda que se arranca: “El cubo amanecía limpio cada día sin que yo me diera cuenta de cómo desaparecía su contenido. Una mañana me había levantado más temprano que de costumbre. Me quedé asombrado mirando lo que pasaba. Entró por el fondo de la casa, como una estatua oscura que caminara, la mujer más bella que había visto hasta entonces en Ceilán, de la raza tamil, de la casta de los pariasSe dirigió con paso solemne hacia el retrete, sin mirarme siquiera, sin darse por aludida de mi existencia (¿y ya esa insistencia? ¿acaso debió la hermosa paria que se llevaba, para limpiarlas, las flores del Poeta, al punto hacerle la reverencia debida al Dios Neruda? ¿no es más lógico y humano que tratara ella, no reparando en él, de establecer una distancia con el Señor de sus Heces?) y desapareció con el sórdido receptáculo sobre la cabeza, alejándose con su paso de diosa (convengamos, sí, en que la estrepitosa imagen de la bella paria portando con elegancia divina sobre la testa las olorosas flores del Poeta, como si fueran estas puras ofrendas a los cielos, es soberbia, emblema de dirty hiper-realism, diríamos).
    Era tan bella que a pesar de su humilde oficio me dejó preocupado (empalmado, sería más honesto decir, según se deduce de lo que ahora viene; qué tendrá además que ver, salvo un resabio muy clasista, la belleza de la joven, su humilde oficio y la preocupación del vate, ¿va acaso a remediar su suerte?, verás, verás a lo que Neruda va) …  Como si se tratara de un animal huraño, llegado de la jungla, pertenecía a otra existencia, a un mundo separado. La llamé sin resultado (de nuevo la anotación del rechazo de la bella paria a la llamada del Cónsul).
       Después alguna vez la dejé en su camino algún regalo, seda o fruta. Ella pasaba sin oír ni mirar. Aquel trayecto miserable había sido convertido por su oscura belleza en la obligatoria ceremonia de una reina indiferente (no, señor Poeta, tal como usted mismo tan bien nos lo pinta, la hermosa paria, más que una reina, debía parecer un animalillo aterrado ante las garras acechantes del Señor Cónsul y sus detallitos clasistas de compraventa, ante lo que de sobra presentía que se le venía, nunca mejor dicho, encima).
        Una mañana, decidido a todo, la tomé fuertemente de la muñeca y la miré cara a cara. No había idioma alguno en que pudiera hablarle. Se dejó conducir por mí sin una sonrisa y pronto estuvo desnuda sobre mi cama. Su delgadísima cintura, sus plenas caderas, las desbordantes copas de sus senos, la hacían igual a las milenarias esculturas del sur de la India. Permaneció todo el tiempo con los ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia.
   (Resulta casi insoportable la escalofriante y cínica desenvoltura con que el propio Poeta nos narra la nauseabunda escena por él protagonizada, que envuelve todo los visos de una violación, de un abyecto abuso sexual de todo un Cónsul ante una pobre paria, a la que encima se atreve a ponerle también sobadísima poesía el muy macho cabrío, que si no repitió la experiencia, más bien quizás fuera por la angustia y el terror mostrados por la pobre tamil que limpiaba las Heces del Poeta -callada, ausente, y cómo no estarlo, como por otra parte al Poeta gustan- durante el asalto. Sí que ha vivido, sí, Señor Poeta.)




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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial ! Otro gran santón del mester de progresía que se derrumba y van...
Lástima que el soberano pueblo, siempre sabio, no se enterará de esto... a no ser que jorge javier diga algo en su deluxe programa.

misael

© Lucía Conde Parmés dijo...

Me has dejado de piedra...
Besos indignados.

Elena Gómez dijo...

Qué bien has descrito ese episodio vital del ínclito. Malita me he puesto.. Ala, me vuelvo con Cuchifritín y Celia que muchas veces me han salvado de malos ratos...