Es sabido que en los media las buenas noticias no venden.
Se cuenta que hubo en USA un diario en los sesenta del pasado siglo que sólo
publicaba informaciones positivas. Tuvo que cerrar enseguida, claro. A la
propia lógica negativa que lleva a los media a resaltar los problemas, se
añade la visión apocalíptica que también desde siempre la izquierda extrema,
ahora indignada, esparce, pro
domo sua, a cascaporro. La
cosmovisión resultante en la mente del ciudadano del común es la extendida creencia
de que vivimos en un mundo infernal y agonizante en el que todo es
depredación, muerte y devastación. No se
niega aquí que esto en parte exista, por supuesto, pero sí se cuestiona el que
se oculte, a menudo deliberadamente, el panorama general, la totalidad del
cuadro.
Pues, según publica la revista científica Lancet en su último número (elmundo.es 7-10-2016), después de un
exhaustivo y riguroso trabajo a escala mundial, los investigadores han
concluido ahora que entre 1990 y 2015:
1) La esperanza global de vida, siguiendo la tendencia al alza señalada
desde 1980, ha aumentado en 10 años durante
estos 25 años. La misma es de casi 6
años más para las mujeres que para los hombres.
2) Las cifras de mortalidad
materna durante el parto se han reducido sólo en estos años en una tercera
parte.
3) Al respecto de la mortalidad
infantil, el número de niños que fallecen antes de los cinco años es hoy la mitad del que se registraban en
1990.
Por supuesto, estos datos estructurales, estas noticias básicas, no
aparecerán ni de refilón entre lo más visto, leído y comentado en los media
durante estos días. E incluso entre quienes las hayan conocido apenas
se impregnarán en su conciencia, perdiéndose rápidamente en el olvido, sumidos
como andamos todos bajo la lluvia continua del formidable negocio que tantos
grupos organizados obtienen con la
industria de la culpabilidad congénita de Occidente en el horripilante apocalipsis planetario y la subsiguiente mala conciencia que del
mismo se deriva. Los hechos ya no son sagrados, y las opiniones son hoy… más
bien impresiones bien impresas, eso.
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