Ella sola, una mujer corajuda, hermana de Gregorio, asesinado a traición
porque les ganaba en las urnas, rodeó a la Mafia Filoetarra. Ella resiste sola, eso es. Prolongando de la
mejor manera posible el caudal inagotable de arrojo, heroísmo y nobleza que en
su hermano contra la dictadura asesina de ETA sobresaliera, pues entre las
mejores páginas de la Historia de España está, de nuevo frente a ellos Consuelo Ordóñez, mujer cuyo nombre
designa y simboliza la valentía y la resistencia, de nuevo se plantó.
En Alsasua, madriguera de
etarras y filoetarras ratas, esta vez fue. Habían días antes, ya sabes, cuán
heroicos, cuán progresistas, apalizado entre cincuenta a dos guardias y a sus
mujeres, entre el habitual silencio atronador de la Progresía y del Feminismo
biempensantes en España. Habían además movilizado por cientos a los suyos a
manifestarse contra la Guardia Civil. A la plaza convenida, en la hora para su
inicio acordada, sin escoltas, a cuerpo limpio, Consuelo y otras tres víctimas de ETA (Conchi Rodriguez, Iñigo Pascual
y Fernando Altuna), se allegaron, y sólo con elocuentes carteles a la
furiosa masa vociferante se enfrentaron. “Aquí
sobran los violentos”, “No nos dais miedo”, “Odio fuera”, “Guardia Civil,
seguid aquí”, estas eran sus proclamas.
Ni el ser deudos y familiares directos de asesinados cobardemente por
ETA movió a respeto alguno a la horrísona tropa filoetarra allí congregada: al momento
de verles les injuriaron, les infamaron e insultaron con viles denuestos a la
cara gritados… ¡Fascista! ¡Asquerosa!
¡Fuera de aquí! ¡Vosotros odiáis! ¡Vete a tu pueblo! ¡Forcejeó uno de
aquellos abertzales por arrebatar a las víctimas uno de sus carteles!
Se retiraron luego, claro, pero allí quedó alta y hermosa la lección de
rebeldía y de coraje, que en Consuelo
Ordóñez se personifica, ante el Muro de odio y silencio que los filoetarras
quieren imponer. En Consuelo persevera
bien alta y vibrante la llama de la dignidad y de la libertad verdaderas, la
que a su hermano Gregorio sólo pudieron arrancarle por la espalda y a tiros.
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