Anoche, yo solito, lloré, crecí y disfruté como un niño, como un hombre
y como un viejo, juntos y revueltos en mí anoche los tres, reviviendo una vez
más “Robin
y Marian” (1976, dirigida por Richard Lester, escrita por James
Goldman), para mí una de las mejores, más ricas y emocionantes películas de la
Historia. La apuesta argumental es arriesgadísima: es como si Rick e Ilsa, los héroes de “Casablanca”,
Robin Hood y Lady Marian aquí,
enamorados ejemplares, volvieran, tras
su abrupta separación, a reencontrarse, crepusculares, distintos e iguales a la
vez, treinta años después. Maravillosísima obra es poco… en fin, escribiría
diez o quince textos aquí sobre ella, desmenuzándola y encomiándola, recreándola…
si no fuera porque estoy cansado de dar sin recibir. Sí pongo, para que veas,
la atronadora y mítica declaración de amor final (que reniega además de la
tópica preceptiva que recomienda a los escritores no mencionar expresamente el AMOR para mejor aludirlo) de Audrey
Hepburn (¡y cómo ella lo expresa!) a Sean
Connery:
“Te amo… te amo más que a todo… más que a los niños… más que a los
campos que planté con mis manos… más que a la plegaria de la mañana… más que a
nuestros alimentos… Te amo más que a la luz del sol… más que al amor… o a la
alegría… o a un día más… Te amo más que a Dios”.
“Es un libro, tan ligado a la vida,
que se convierte en una obra imprescindible para reflexionar y vivir”. (Magda Bastida)
111 ROSAS o EL LIBRO DE LAS
AGRIDULZURAS. 301 pgs. 12 euros, envío incluido.
HUMOR, AVENTURAS COTIDIANAS,
SENTIMIENTOS A RAUDALES. Un cincuentón a la busca de sí mismo y de los otros,
por cielos, mares y Antros, entre mujeres fatales y magistrales. Te gustará.
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