Hay un relato de Carver, sin alma,
como casi todos los suyos, (pues el dirty realism refleja, hasta acabar
proponiendo, unos modelos humanos grises y planos hasta decir basta) en el que
cuenta, sin ninguna emoción, una episódica relación adúltera. El detalle, a mi
juicio potente, del mismo está en que la mujer tiene en su casa un gato, que
por allí ronronea y trastea, testigo mudo del casi sórdido -por rutinario, por
frío, por soso- forcejeo de los cuerpos. Bueno, pues llega el tío, mira al
gato, y sin protesta ni comentario alguno de la mujer aquella, va y lo encierra
en el cuarto de baño antes de proceder a la triste coyunda. No pasa nada más -o
al menos no lo recuerdo yo ahora, porque el dirty realismo va de eso, de esa
desolación aplanada en la que nunca pasa nada salvo la insoportable grisura de
sus "héroes"-, pero el “toque
Carver” del gato encerrado -pobre gato castigado, tristón y azulón en aquel wc
confinado, mientras al lado bufan un poco los otros dos- no deja de cargar de
tensión, e involuntariamente de mil expresivas resonancias, a la vez poéticas y
prosaicas, la cosa.
#LeerLeerLeerEsUnGranPlacer Ahora que no podemos
salir tanto, es un buen momento para aprovechar y leer buenos libros. Yo,
escritor sin Nombre, sin Padrino, sin Contactos, los tengo buenos, bonitos y
divertidos. SOY ESCRITOR. 111 ROSAS, HUMOR, EROTISMO,
AVENTURAS, SENTIMIENTOS, 301 pgs, 10 E, envío incluido. TE REIRÁS. TE DARÁ QUE
PENSAR. TE EMOCIONARÁ. Contáctame.
ARGUMENTO: Un cincuentón, un poco a la deriva en el
nuevo orden amoroso, buscando su lugar al sol: Ironía siempre, belleza y caos,
ilusiones y ternura, risas y lágrimas, amores y traiciones... la VIDA a
chorros, a corros, a morros.
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