El traspaso de #Casemiro del #RealMadrid al #ManchesterUnited refleja, a mi modo de ver, los valores triunfantes en la sociedad actual: en lo personal, la primacía del interés rastrero sobre el sentimiento, del vil metal y del egoísmo más material entre las élites frente al componente afectivo y a los inmateriales y humanistas vínculos de lealtad y memoria –épica, lírica, dramática- compartidas con unos amigos, con unos aficionados, con una institución, así como el poco valor que se le da a la superior posibilidad de inscribir, permanecer y prolongar un deportista, de la mano de sus mismos compañeros, esto es, de un equipo, una trayectoria incomparable en la gran Historia del Deporte. Ese es el mensaje y el ejemplo social que todo un referente de masas brinda. Casemiro es sólo uno más, claro, en este proceder de manual hoy, que es incluso bien visto en sociedad. Menos besitos al escudo entonces, menos cartitas lacrimógenas de despedida. Y en lo deportivo, parece una gestión dudosa del club, necesitada de una explicación seria a la afición, que lo vende, en su clímax, por 72 millones de euros y paga a la vez 80 por #Tchouameni, con todo aún por demostrar.
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