Sales de casa temprano en la mañana primaveral. Medio adormilado aún por
la rutina. Primer semáforo. Vista a la izquierda, hacia el punto de fuga que ofrecen
los restos de un descampe. Una torre del tendido eléctrico a medias de oxidar
entre la hierba verde silvestre y desigual. Sorpresa: ayer no estaban. O yo no
las ví. Una docena de amapolas,
mecidas por la brisa matinal, como si le chistaran con los labios muy pintados
al que pasa. Como si la corriente del
tendido hiciese más flamante el estallido de su rubor. En el seno de su cáliz
vuelcan ellas la luz y la vuelven púrpura. Las amapolas, su alarde por
transfigurar el vertedero, por trascender la maleza, desentumecen la mañana
carmesí. Semáforo verde. Amapolas, vais ya conmigo… al vertedero del blog, a engalanarlo
también.
Post/post: gracias a Mónica, a NVBallesteros, a Mar por bloggear ayer un ratito a mi lado, GRACIAS.
8 comentarios:
Las amapolas son mi debilidad, preciosa imagen y precioso escrito.
feliz inicio de semana
Pury
Me encantan las amapolas. Me gusta contemplarlas en medio de esos campos verdes. Llaman la atención, embellecen los sentidos de quienes las contemplamos (como han embellecido tu texto) Un amigo me contó que la amapola roja significa consuelo,por eso cuando salgo al campo me gusta mirarlas, me consuelo en mi sufrimiento. Buen día. Saludos
Qué maravilla, José Antonio.
Un texto precioso.
Me gusta cuando uno observa con ojos internos, simplemente contemplando la magia de estas amapolas.
A mí también me han encandilado con esos labios pintados.
un abrazo.
Las amapolas surgen en los trigales o en los campos para adornar cualquier sitio a donde se lleven.
Salu2
Preciosa la fotografía, y muy relajante.
Saludos.
¡Me encantan las amapolas José Antonio!un beso
Este año las amapolas como la primavera llego con retraso estacional, al menos en Madrid, estos días se han comenzado a ver abundantemente por los campos.
Saludos.
A mí la aparición de las amapolas me recuerda que tengo alergia al polen...
Hace muchos años, en una de esas visiones maravillosas del despertar de la primavera, se me ocurrió coger unas cuantas y... casi me muero. Tengo prohibido el campo en esta estación.No sabéis la suerte que tenéis los no-alérgicos, de poder disfrutar la exposión de colores de las flores con sus aromas...
Un beso primaveral ( o dos).
Publicar un comentario