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martes, 29 de mayo de 2012

En forma de libro


   
    Recoger el blog en forma de libro, a mi manera moldeaba esa Utopía yo ayer, que no se diga que sólo es uno un ramplón realista, incapaz de soñar con un mundo, con un blog, mejores que este. Sí, y de libro/libro además, no de electrónico ingenio, como ahora por fuerza económica se estila. ¿Y no es eso, se dirá alguien, la confesión de una íntima insatisfacción hacia el soporte de las pantallas?  No lo sé; el blog es lo que tengo. ¿De dónde esa predilección por el objeto físico concreto que convencionalmente llamamos libro? De razones en parte generacionales, es seguro, y de otras de índole personal.
   Soy viejo, yes, y no acabo de asimilar del todo en las entendederas esta zarabanda fantasmal del Internete. Tengo la sensación cada mañana de esparcir hacia no sé donde ni siquiera agua, poco más que un puñado de polvo en el Viento, dust in the wind, eso. Como si perpetrara algo irreal, no del todo verdadero entonces, como si fuera uno no sólo un escribano fracasati, espectral además, por si lo anterior fuese poco.
     
   Amo los libros, su simple factura de producto real, tangible y acabado, indiscutible. Siempre me ha encantado tener entre las manos los libros que más he venerado, llevarlos conmigo, estrecharlos junto al pecho y gastarlos con el trajín de mis dedos, manosearlos, subrayarlos, pasar sus páginas, acariciarles el lomo, recorrer con las yemas su portada, aviejarlos conmigo. Creo apresar mejor así el propio alma de quien lo escribió, como si con el objeto libro se sustanciara la misma.
    Cualquiera  de esos libros escogidos pasa a ser así la propia extensión física de uno mismo, el mix y la unión que uno hace entre la persona del escritor admirado y la propia, esa simbiosis mágica entre lo que te da y lo que tú le pones a una obra, que se materializa en el roce con el libro, que conserva así el tacto y las huellas dactilares de quien lo lee, y lo vive, latentes entre sus hojas, y como tales los aprecia. “Tengo entre las manos…”, casi sin darnos cuenta decimos de un asunto que en verdad nos conmociona.
  
    Imposible en cambio abrazar la fría pantalla que soporta un blog. Pues la querencia por el libro es prueba también de la especial predilección que siente uno hacia el sentido del tacto, como si las cosas que más nos entusiasman, sí, nos pasaran primero a través de los ojos, claro, pero la prueba del nueve de la auténtica confirmación de su valía ha de pasar por el fielato del tacto y del contacto al acariciarlos, al acunarlos y hacerlos así un poco nuestros, cautivos  entre las amapolas de las manos.
Post/post: gracias a Juante, a Suellensd, a Mónica, a Winnie, a Alijodos, a José, a NVBallesteros, a Javir, blogueros balandreros como el muá, que engrandecen además el mío y me demuestran fehacientemente que escribo para alguien, que bloguearon ayer with me, GRACIAS.

9 comentarios:

César dijo...

No deja de ser una idea, la del libro y el blog, que también yo he tenido. Sólo que en mi caso, para publicar los comentarios.
Ocurre que en los tiempos modernos un día es más que suficiente para que nos olvidemos del contenido que provocó el post, aunque tus comentarios tengan tanta validez con Zapatero como con Rajoy; y es de justicia reconocer que te leerán más los liberales que los progres, o no, porque estos últimos son unos "fachendosos" y presumen de leer el sursum cordae.

Que en serio, ánimo que no es mala idea.

Helio dijo...

Los que comenzamos a leer libros allá por los 60, seguimos queriendo el libro tangible, el que llevamos donde queremos, el que leemos y guardamos cuidadosamente en nuestra librería como un bien preciado.
Como bien dices la fría pantalla del pc o de los artilugios modernos nunca serán lo mismo.
Saludos.

Jujope dijo...

Siempre, la tecnología anterior es infinitamente superior a la posterior. Tanto es mejor un stradivarius, como escuchar sus sones en Palacio y no a través de un CD cochambroso en la casita unifamiliar de la playa, comprada a bankia en cómodos plazos.
En fotografía, el debate tecnológico es especialmente cruento. Anda la peña ahora con los efectitos del puto Instagram, queriendo ir de "iger" por la vida, cuando los grandes fotógrafos siempre han renegado de los efectos, como poco. Los lectores de ibooks y las famosas enciclopedias electrónicas no van a la zaga. Escribir una carta de puño y letra; dar la mano o un beso: tecnologías antediluvianas puestas en solfa por la internete de los cohone.

Lo siento, Guindal; lo siento, Punset: cualquier tiempo pasado fue mejor en tecnología y fortaleza moral.

Saludos.

Alijodos dijo...

Quizás hay que complementarse y sacar lo mejor que cada uno nos da aunque el libro siempre siempre nos dará una fuente inagotable de imaginar lo que uno esta leyendo...Y ahi ninguna fuerza sobrecibernetica llega....Un abrazo.

MAMUMA dijo...

Pues, te cuento José antonio , yo ya me he acostumbrado a leer mis libros en el tablet,y reconozco que es la manera más cómoda de viajar con infinidad de ellos con el mínimo de incomodidad.
Por cierto, preciosa canción.
saludos

Belkys Pulido dijo...

Jose, escribes mucho y yo pongo tu música y abro un libro acordándome de la autora que alguna vez te sugerí: Empar MOliner y este se llama Tres Lindas Cubanas, escrito por un mexicano y escucho la canción en inglés y palpo el libro y me doy cuenta por qué a veces tengo deseos de tirar mi blog por la ventana, imposible.

El Fugitivo dijo...

"Aviejarlos conmigo"
Bonita acuñación literaria.

Por cierto, gracias al ipad, modestamente acaricio los textos de los amigos blogueros..

FugisaludoS.

Monica dijo...

Yo prefiero el papel. Tocarlo, acariciarlo, pasar con el dedo cada una de su hojas ¿ y ese olor?, da vida a la historia, tiene experiencia, emborracha. Me relaja y me lleva al más allá de la historia que estoy leyendo. ¿Imaginas lo que es leer día tras día ese libro que has ido creando en el blog? ¿ saltar de post en post según te apetezca? ¿Recordar el motivo que te llevó a escribir esa reflexión o la persona que te inspiró?. Eso es imposible con la patallas del ordenador. Elvlibro se sabore, se disfruta, va contigo.Saludos

Jose Antonio dijo...

Seguro que te pasa como a mí, este fin de semana paseando por la feria del libro, envidiaba a los privilegiados que pululaban por las casetas firmando libros, lástima que también encontré a participantes de GH con su caterva de admiradores.
Un abrazo