Y nada, lector, que quería yo hoy escribir de Diane Keaton, de su libro tan bonito, y que otra vez el compromiso
con la actualidad política me lo impide. Ah, mi pobre alma escindida a la vez
en tantas gratuitas quimeras. Me disperso, lo sé, y lo siento. Entiendo,
lector, que no sepas bien a qué atenerte conmigo. Además, que, hablando de
literatura siempre haces amigos, mientras que hablando de política, solo te
ganas enemigos. Y peor, sin tener uno el más mínimo interés directo en ello. No
defiendo ningún cargo. Son mi ideas, mi compromiso con ellas, son los asuntos
que yo estudié, es mi nación, son los españoles.
Por lo demás, ya se sabe: si el Compromiso
es con la Izquierda, abrazas de paso
la causa del Pueblo, la de los humildes, la de quienes sufren. Si defiendes las
ideas liberales, porque de verdad las crees las menos dañinas, no eres ya tú un
escritor comprometido, sólo eres el defensor de los ricos, de los poderosos, de
los chupasangres. En fin, qué le voy a
hacer si yo, ni nací en el Mediterráneo de la Intelligentsia guay del Paraguay, ni ese mediterráneo de algas
kirchnerianas me convence.
Además que entre escribir sobre Diane
Keaton y tener que hacerlo sobre José
Ricardo Martínez, el Señorón de la UGT, no hay color. Solo que, en esta
tesitura tan complicada que vivimos, me parece forzoso en algún sitio anotar,
para que ahí quede, documento de la más irresponsable estulticia. “Estamos en una situación de guerra,
incruenta, pero guerra al fin y al cabo” apuntó el Señor ayer. “Volvemos al 34”, rezaban las pancartas
de los “mineros” días atrás. El Señorito
de CC OO redobló también ayer los mismos tambores, comparando al PP con los tanques de Queipo de Llano en el 36.
Ese ardor guerrero, que coordinadamente rezuman tantos responsables (?)
políticos, intelectuales y sindicales izquierdistas, qué crítica constructiva a
la solución de los problemas aporta, a qué tipo de actitudes y de
comportamientos con jaculatorias así da alas? ¡Contra los filoetarras para nada
se emplean estas turbias eyaculaciones de resentimiento!
¿A qué morbosa fijación belicosa obedecen estas barbaridades? ¿Por qué
ese macabro regodeo en remover las heridas y los más dolorosos fracasos
históricos de la convivencia en nuestro país? ¿A qué precipicio de
enfrentamiento arden al parecer en deseos de arrojarnos a todos al definir como
bélica la presente crisis económica?
Que con esa virulencia se despachara un ignorante que haya perdido el
empleo tendría un pase, pero que lo haga este Señorón de la UGT, beneficiario más que notable del Sistema ahora
en crisis, arracimado al plutócrata Consejo de Administración de Bankia, y con 26 años de liberación
sindical en el haber de su privilegiado status, es del todo vomitivo.
Dicho queda. Oh, Diane Keaton,
excuse me, pronto estoy ya contigo. Ya ves tú qué cosas antes de llegar a ti,
al mar dulce de tu sonrisa, a mí me entretienen.
Post/post: gracias a Mónica Azabache, a Javir, a Jaime, a Mónica por corear conmigo las Coreas, por bloggear ayer a mi lado, GRACIAS.
4 comentarios:
Es fácil hablar desde la poltrona del liberadosindical.Sin problemas para llegar a final de mes, es fácil echar leña al fuego ¿ Qué se juegan ellos? La izquierda siempre ha intentado vendernos un mundo ideal, sin problemas, con muchas ayudas sociales, luego vendrá la derechona para dejarnos como los auténticos defensores de la clase trabajadora.
Bien puede esperar Diane Keaton a mañana. Saludos
Dice el refrán que quien tiene boca se equivoca. El problema de este pavo que, creo yo, no ha trabajado nunca gracias a su liberación sindical justo igual que Antonio Beteta en el otro lado del arco parlamentario es que no es la boca lo que le falla si no la bocaza por la que escupe semejantes dicterios. Pero la izquierda siempre ha tenido el privilegio del insulto y la boutade dado su marchamo de respetabilidad y de ser demócrata de toda la vida mientras que la derecha sigue con su acomplejamiento de que en el 36 (hace 76 años) un filofascista se alzó contra el poder legalmente constituído y no han bastado 37 años de democracia para sacudirse las culpas, que digo yo que los conservadores menores de 40 años no tendrán culpa de que los militares dieran un golpe de estado en 1936. Claro que a mi, algunos de mis amigos me llaman fasciotroskista lo que me deja muy perplejo.
Salu2
hl, Jose Antonio
Prefiero hablar de cine, pero no queda otro remedio q hacerlo de política hasta aburrirnos. ¡Cómo está la cosa..!
Gracias por informarme. Cariños.
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