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viernes, 14 de septiembre de 2012

Una barra de un pan reciente



   
   Con el aliciente añadido, además, de ser el blog una obra viva y próxima, rezumante de ese olor divino de las tahonas artesanales cuando están cociendo, reciente como la barra de pan de cada día, que tú y yo, lector, a pachas vamos pellizcándola durante la jornada, para a placer cenoteárnosla tu y yo, a solas del mundo un instante cuando así cuadra, en algún rincón en  medio de la noche estrellada.
      
   Y sin que yo lo esperara, al invitarme cada día a colmar con mi personal aliento el espíritu amplio de su estancia, acabó por brindarme el bloguito mío un tesoro de esos que no habría montañas de oro con qué retribuirlo, y que las circunstancias y la falta de contactos hasta entonces me habían negado: la plena certidumbre de sentirme escritor, escritor de verdad, mejor o peor, con días regulares y días peores de inspiración, lo que quieras, pero con la íntima y férrea sensación de contemplar el mundo a través de la sensibilidad y del prisma específicos del que traduce cuanto le rodea a palabras. De quien vuelca esa realidad en palabras que tengan incluso más relieve o sustancia que los mismos hechos que cuentan o describen, que puedan remover emociones y sentimientos duraderos en quien las recibe, que le hagan detenerse a su paso. Intentarlo al menos.  
    
   “El aire de la ciudad nos hace libres”, decían los aldeanos del Renacimiento al arribar delante de las inmensas oportunidades vitales que las nacientes y fulgurantes urbes les ponían en los ojos, por contraste con su encorsetada y penosa existencia rural. “El aire cibernético me hace libre”, digo yo hoy, una nada aldeana también, pero con ínfulas ya, y como el tamborilero del villancico, sólo este humilde blog poseo, y ante tus pies cada mañana lo pongo, mi lector.  



Post/post: gracias a Anónimo (póngame al final del comment su nombre,plis), a Winnie0, a MAMUMA, a Mónica, a Inmaculada Moreno H, a Sonja, a Anónimo Buenos Aires, por hacerme ustedes libre también, por bloggear conmigo ayer, GRACIAS.  

3 comentarios:

Jujope dijo...

Bueno, sí: es un espacio que nos transporta a cierta sensación de libertad. Pero aún nos queda recuperar la del espacio natural, al borde del acantilado, con nuestra amada, contemplando una septembrina puesta de sol que no pueda ser igualada.

Un saludo.

Fran dijo...

Gracias a las nuevas tecnologías y a la red podemos disfrutar de tal libertad , de cumplir lo que antes parecía imposible , de a través de nuestro aparato estar conectado hablando con otra persona a 10.000 km de distancia , de publicar tus artículos y que los lean miles de personas como hace Jose Antonio . Internet , una gozada que califico como uno de los mayores inventos de la historia de la humanidad

Winnie dijo...

Buen finde José Antonio Un beso y sigue siendo libre en este blog