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lunes, 17 de septiembre de 2012

¡Y la Maniquí, que en mi fiesta se plantó!



   
   Vinieron mis amigos, cibernéticos todos, a la ce-le-brei-sion de Mío blog. Lo pasamos bien, creo. Me dejaron sus enhorabuenas, que me supieron a gloria pura. Me envolvieron entre sus brazos, que degusté cual dulce de leche con los ojos cerrados -los abrazos de ellas, I means-. Me regalaron sobre todo su compañía. Había sobre las mesas refrescos, poesía, patatas fritas, música inspirada, cervecitas. Allegáronse incluso al evento mío poetas mejores que yo, y me obsequiaron sus versos al lado de mis ripios, por si a estos podía acaso pegárseles algo. Hablábamos, recordábamos, nos embromábamos los unos con las otras. Por momentos parecíamos todos, sí, un trasunto de la canción: “coca cola para todos y algo de comer… mucha niña mona pero ninguna sola”.
   Bueno yo estaba encantado, la verdad, algo nervioso incluso, por la falta de costumbre a la exposición a los parabienes, digo yo. También porque como había dejado abierto en el blog la posibilidad de que acudiera la maniquí, aquel bellezón tan triste y pudoroso de sus yébenes que había entrevisto yo tras un escaparate, existía la remota posibilidad de que ella…  Así es que también yo… “Yo me preguntabaaa…”. Bobadas, me dije, Jose, eres más tonto que Pichote. En fin, disértabamos muy animados todos sobre la quimérica posibilidad de intentar la literatura en los blogs, cuando afuera de repente algo atronó.
  
   Como en las pelis julais, se abrió entonces la puerta… ¡y allá que se presentó, blanquísima y radiante, pero vivita y coleando –lucía un vestido con cola tan blanco como ella- la Maniquí de mis entretelas! Avanzaba majestuosa hacia mí, haciendo honor a su profesión, sin los andares idiotas de las profesionales de carne y hueso. Con su vestido evanescente iba ella encandilando a la gente. Como mis amigos cibernéticos estaban al cabo del escaparate es que ni se inmutaron ante la aparecida, y con discreta pericia se las apañaron para sin que resultara violento irse apartando hasta dejarla frente a mí, que era su anfitrión, que  era el muá quien la había invitado a la fiestuki. Me sacaba cabeza y media, claro.
    
    -Aquí me tienes, bloguero paliducho. Quiero conocerte.

   Como en las series B, como antes de los partidos del jodido pádel, como cuando te escribo, me temblaban de nuevo las canillas. Cómo pueden sucederme estas cosas a mí, era lo que ahora yo-me-preguntabaaaa.
    -…ho… hola, ¿paliducho yo?, cómo sabes que… y ese vestido, de dónde lo has sacado.
 Sonrió, con esa sonrisa algo mecánica que se les pone a los maniquíes al hacerlo, por la falta de costumbre también.
  -Llegaron las nuevas colecciones, bobo, no perdamos tiempo. Quiero conocerte.

   Empezamos a hablar la Maniquí y yo a solas en un rincón, mientras mis amigos cibernéticos seguían con la farra que entre ellos había prendido de lo lindo. La Maniquí, ocioso es decirlo, poseía una belleza deslumbrante. Me interrogaba y entonces... 

CONTINUARÁ mañana, lector, el remate de la Fiesta, y lo que entre la Maniquí y yo pasó, que no quiero por hoy abusar ya más de tu paciencia.
 
Post/post: gracias a Winnie0, a CLAVE, a BEGO, a CS Peinado, a Mateo, a Norma, por sus preciosas palabras conmigo, por bloggear ayer a mi lado, GRACIAS.

6 comentarios:

César dijo...

Nada como una maniquí en una fiesta. A ella puedes contarle todas tus aventuras sin que te interrumpa con las suyas, sin que un mal gesto salga de su acerado rostro; puedes a ella susurrarle al oído sin temor al rechazo, puedes exhibir tu Iniesta blancura( ella lo ha adivinado, no yo) sin escuchar los consejos a cerca de la salubridad del sol, de padalear durante el día, no en las tristes noches "poligoneras", del valor de los rayos Uva, de tantas y tantas banalidades que en las fiestas salen a relucir empujadas por Don Larios. Una maniquí, en fin, es la compañia perfecta para tímidos, al estilo de aquella estupenda película, de Buñuel, creo, en donde el protagonista convivía en perfecta armonía con una muñeca hinchable. Ni una discusión, tú. Todo perfecto.

CLAVE dijo...



¡¡ AAYYY vivo sin vivir en mi !!
Hasta mañana amigo Jose, que intriga tengo, habrá un final feliz supongo...saluditos...

Winnie dijo...

Yo también espero un final feliz!!!! bss

Old Nick dijo...

Pobre Muchacho... Debía Estar Un Poco BEBIDO... Porque Yo, Que Pasé por Allí, Aunque a Tardías Horas, No Ví, Ni Rastro de La MOZA EN CUESTIÓN y Nisiquiera Leí omentarios Acerca de Su Presencia!
Pero En Fin, Nadie Es Perfecto Y Uno Intenta VIVIR YDEJA VIVIR A CADA CUAL, Siempre Que No Me Busquen lasTenía de MUSA? Cosquillas...
¿Por Qué Será Que lo De la Maniquí, Me TRae a la Memoria Cierta Película, en la que Un Tal Michel Piccoli, También la TENÍA DE MUSA?
¡Hala Amigo!
SaLUDAZOS BOLGGUEROS
y
¡¡RIAU RIAU!!

Old Nick dijo...

¡Demonios Amigo Mío!
O Vuestro "Entrador de Comentarios HACE SALTAR LAS FRASES, O El Que Parece Estar Beodo es Este Servidor De Voacé.
Saludazos
y
¡¡RIAU RIAU!!

NVBallesteros dijo...

Una entrada muy interesante, solo que los maniquís son tan inexpresivos... Creo que no vio bien yo andaba sola por ahí...Besos