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lunes, 8 de octubre de 2012

Diane, Diane (Poessía treinta y cinco)




Oh, Diane, Diane
cómo necesito hoy
el chispazo alegre de tus ojos
que le ríen siempre al mundo,
almendras fulgurantes,
por más que pongas tú
la boca luego muy seria.

Una ardilla revoltosa
brinca sobre tu chaleco desenvuelto.
Las aves de Central Park
pespuntean solo tu recuerdo.
Allen reúne para ti
un ramo de relucientes margaritas.

Qué medicinales hoy
los trinos de quien en España
te doblaba a tí la risa,
quién será esa mujer
con esa caricia volándole en la boca,
el elixir de aquel sándalo
que absorbía a rastras hacia su aura,
esa risa más tus ojos
que clausuraban mi mundo,
que redondeaban una promesa,
que vengan hoy hacia mí,
que se posen en mis hombros,
que me vivan en el pecho.

Aplastar con ellos hacia el fondo
hacia la ciénaga del olvido
el mordisco de la Señora
su farruco ladrido acre
al bulto de mi insignificancia
que ante ti, Diane, ante tus ojos,
ante quien en español te doblaba las risas,
esa fórmula doble de la vida plena,
se cree y todo relevancia. 


Post/post: gracias a CLAVE, a La Sonrisa de Hiperion, a NVBallesteros por molestarse en dejarme su compañía, por bloggear ayer a mi lado, GRACIAS.

3 comentarios:

Monica dijo...

Gran Señora esta Keaton. Sonria señor bloguero, saludos

Winnie dijo...

Me encanta esta mujer...tiene porte y estilo!!! Besos Jose Antonio

NVBallesteros dijo...

Revolotean tus palabras como palomas en central Park....Besos