Entonces, en mitad de la
refriega, puede que para intentar así desarmar a los esbirros policías a sueldo
de los Poderosos, la joven desnudó sus pechos al aire, cerró los ojos y, con
algo de deidad hindú en el ademán, pusóse como a rezar. Por un momento aquel
hare krishna del todo se detuvo, claro. Todo quedó en suspenso ante aquella
espiritualísima y lenonniana imagen. Qué mejor alegoría que esa que la bella
joven al mundo ofrendaba para representar las altas dosis de idealismo utópico
que atiborran buena parte de los planteamientos indignados. Inmediatamente
venía a la cabeza, claro, el cuadro de Delacroix,
La Libertad guiando al Pueblo, sin
fusil y sin bandera, como corresponde a estos ecuménicos tiempos. Las cámaras
la rodearon, la asaetearon, la inmortalizaron como a una milagrosa y casi
virginal presencia. Sólo una semana después, aquella Virgen era fenicia portada
del Interviú, mostrando ahora la
trasera cara de sus dos lunas llenas. ¿Azar o necesidad entonces el que la muy
progresista conductora del Gran Hermano
protagonizara poco antes una similar –todas las distancias salvadas- portada?
Las dos imágenes, las dos mujeres, de alguna
manera por contigüidad se fusionaban una contra/sobre la otra. Mila-esa chica-Milá. Esa disolución de
los tiempos –los años de una y los de la otra, los sólo siete días que habían
llevado a la neófita del total anonimato al sumo candelabro- y esa aniquilación de las
perspectivas –es decir, esa liquidación de la memoria y del sentido- que sigue
al alud diario de imágenes son lo propio de estos tiempos desquiciados, que
todo lo escupen y nada en su seno retienen.
Las manifestaciones clásicas tenían un ritual propio: un trayecto y una
duración determinadas, unas pancartas previsibles, unos pareados macarrónicos,
unas cansinas consignas gritadas, un discurso más que sobado y hasta luego Marx. Las de ahora, como casi era
inevitable, se han contagiado de los virus de este tiempo post-moderno (especie
de camarote de los hermanos Marx,
sí, en el que todo vale a condición de que nada quede), y se invisten con las
notas del género más hoy en boga, el reality
show. Así, supertelevisadas, tienen lugar sobre todo bajo el foco de las
cámaras, que convierten la plaza de rigor en un gigantesco plató (pero al cabo
plató), poseen una duración indeterminada, no se sabe bien ni cuando empiezan
ni cuando acaban, aspiran a una programación continua, son sus pancartas más
reducidas, derrochan espumosísimas ocurrencias, sobresale en ellas la ausencia
de Discurso final, pues más que
oradores hay en ellas estrafalarios individuos deseosos de superar la prueba
del día, el enfrentamiento con la policía.
Como en los realitys proliferan los frikis (la difusa musa que hoy nos
ocupa, ese orondo encargado de bar devenido en Apóstol Indignado, que “se besa
y se abraza con los chavales” ya que mutuamente se adoran, hasta que llega la
Policía a zurrarles tantos abrazos ya, el juez metrosexual que indirectamente les
glosa) y como en ellos, tras superar la prueba, las cámaras enfocan la grupal
sentada en espera de que algo pase, una chispa de enfrentamientos, que vuelva
luego a instalarse la modorra y de nuevo otra vez la vuelta a empezar. Sí, esta bella-ragazza-in-cueros ha sido esta vez la nominada, y Milá su profeta. ¿No sostuvo acaso Milá que de vivir hoy Jesucristo,
el gran rebelde, se metería en el Gran
Hermano? Pues eso.
Post/post: gracias a Cesar, a CLAVE, a Winnie0, a Mónica, a Bego, a Isabel, a Aspirante, a Fran por hacer con su aportación más redondo mi texto, por bloggear ayer a mi lado, GRACIAS.
7 comentarios:
Te ha faltado glosar la hazaña bélica del pobre ministro Wert, nadando contra corriente, él solito, con la complicidad de todos los silencios cobardes, very well, pero que muy well. Y eso que no está haciendo ni un uno por ciento de lo que este peperío rehén de sí mismo debiera en la materia deseducativa de los sociatas.
Por cierto: encuentro magníficos tus dos aportaciones, de hoy y de ayer. Personalmente me gusta más esta línea contrapuntística de la atorrante y estupidísima "realidad" que nos marea tanto la perdiz, en espera de la llegada de cada 1 de julio, para que las élites se vuelvan a refrescar en sus islas y en sus yates. Ya te digo...
Como dijera Peter Brook en "Marat-Sade": "¡qué será de la revolución sin la básica copulación!". Probablemente el asunto de las bragas y las tetas sea el "único" asunto sempiterno con el que el yin chantajea permanentemente al yang para que esto circule, siempre a expensas del sufrido y estigmatizado políticamente principio contrapuesto al femenino, antropológicamente seguro de sí en la firmeza inmanente de sus carretas como dos tetas.
Pero la cuestión es que a mis alumnos solo les preocupa una cosa en esta vida, que supongo corresponde a su misma vida académica, por muy mantas que sean: en qué lugar del cuerpo la o el compi han estampado, no ya la chuleta, sino el tattoo o el piercing, para envidia propia desaforada, como único sentimiento desbocado que les impele el gregarismo televisado de la (falsa) indignación milana.
Pobre Wert: con esos mimbres tendrá que hacer un desaliñado cesto, que esos oportunistas y abyectos sociatas iluminados por Chacón y Aida pajina, usarán cuanto antes para arrearle la del pulpo. A él y a todos los lectores del interviú.
Vivimos en un país de mierda, no cabe duda. Y nadie hará nada por remediarlo, porque todos sus cretinos andan obnubilados como el ave (me refiero al tren de la Siemens) en la hosca nube sociata. Solo tu blog es una gran ilusión, ante tanto despropósito.
Saludos.
En los tiempos que corren cualquier estupidez, por caustica y corrosiva que sea, tiene cabida. Es la herencia que nos dejó el "antropológico optimista", J.L. Rodriguez Zapatero.
Que bien escribes , amigo , haces magia con las palabras . Las portadas de interviú quizá reflejen la situación que vive nuestro pais , una señora bastante mayor que no siente el mas mínimo pudor al enseñar sus partes intimas a todo España y la musa de los indignados , famosa simplemente por ir despepitada a una manifestación que tenia como pretensión asaltar el Congreso de los Diputados
¡Anda que el simulacro de fotógrafo luistosero de la esquina inferior derecha, qué claro lo tiene el nota, jopé! Ese sí que representa a este infame pueblo que pulula errático en cuclillas y nunca se ha visto en otra igual que Delacroix.
Y yo que no he visto a la Mila, haber si alguien la sube, para ver los kilos de fotochok que tiene encima la marquesa.
Esto ya no es escandaloso para mi, mas bien me hace gracia si no fuera por el contenido político que conlleva, lo veo todo de carnaval, carnaval..saludos..
De espaldas está mejor que de frente, de hecho si no mostrase la cara sería mejor la fotito del interviú.
Saluditos.
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