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martes, 22 de enero de 2013

O la suerte de aquella starlette


         
     Y si la potra de Don Verstringe no pudiera mi libro alcanzar, que al menos le rozara la fortuna que conoció el Videoclip de aquella exuberante starlette, caso que, al escribir sobre los Treinta Mil verstringes se me vino de corrido a las sensibilizadas mientes, y que paso ya a refrescar.
     Ocurrió en los no sé si ya olvidados años del Pelotazo tardofelipista. A la dirección de un Banco de los de toda la vida había arribado, tras un espectacular golpe financiero, una banda de advenedizos anhelantes por, cual ufanos Amos del Universo, atragantarse de golpe con los placeres mundanos, por cuenta de los miles de anónimos accionistas de la entidad, claro. Se dispuso cada uno –como los niños ante los Reyes Magos, sólo que donde vive en estos la ilusión en aquellos bárbaros rebullía sólo el ansia de poseer- a hacer realidad, qué importaba el Precio si ellos lo podían Todo, su más ardiente deseo. Fincas, mansiones, yates, joyas, cuadros, las eternas ostentaciones externas de la humana condición.
      Triunfaba entonces por todo lo alto en la Televisión un lacrimógeno serial sudamericano, que cada tarde reunía a millones de espectadores alrededor de las desventuras sociales y sentimentales de su protagonista, una muy humilde joven que en sí atesoraba, claro está, una belleza no por cristalina –sin afeites, sin externos atavíos- menos deslumbrante. Una chica guapísima, a quien su baja extracción, su bondad y su sufrir revestían de una hermosura más pura que cualquier otra imaginable. Yo creo que, hombres, mujeres, ancianos y niños, andábamos todos cada tarde enamoriscados de aquella pureza tan preciosa.
      Para la joven actriz que la encarnaba estaba suponiendo el éxito un espaldarazo estratosférico a su incipiente carrera artística. Pensó así hacerse también cantante. Grabó un disco, con moderno videoclip y todo ilustrado, que al principio resultaba difícil vender. Como en los folletones decimonónicos, sobre la ternura de aquella incontaminada Belleza del Pueblo puso el ojo uno de los halcones bancarios que antes anunciábamos.
    Quiero entre mis brazos acunar bellezza tanta, debió –en términos mucho más prosaicos, esos que ahora tanto se llevan- para sí repetirse aquel Gerifalte sin escrúpulos, con la televisiva doncella obsesionado. Cuánto vale.  Hizo, según cuenta la Leyenda, llegar a oídos de la moza que estaría dispuesto a comprar Diez mil ejemplares de aquellos dudosos videoclips. Esos números, esa compra sí que con fuerza lanzarían su carrera cantora. Puede sin esfuerzo imaginarse el vía crucis de sentimientos opuestos que se agolparon en la cabeza de nuestra heroína, como si el propio serial en efecto de golpe se le hiciese abruptamente realidad. Mas ahora, ay, no había un guión a seguir. ¿Qué hacer?
    Cuenta la leyenda luego que la chica reflexionó. Estudió con calma al codicioso. Era ya… viejuno, que dicen quienes están en la onda hoy, luego… no mucha guerra podría darle. Y dice el Cantar que, en efecto, aquella resplandeciente amapola del campo entre los brazos del magnate rijoso yació, pero que había acumulado tanta ansiedad para el lance aquel caimán, que bien pronto su ímpetu se desvaneció, por lo que no sufrieron menoscabo aparente los encantos de esa lozanía. Pues como en primera instancia cantaban antes los Chunguitos el cristal cuando se mancha se limpia y vuelve a brillar, ni más ni menos, ni más ni menos...
     Moraleja, lector, de la queja: ¿y no podría mi libro en manos de una Potentada caer que, encaprichada del mismo, así me lo relanzara? ¿Acaso yo, con mejor instinto, tengo menos libertad?    



  
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS (Resumen de la obra en post del 19-1-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa) 

3 comentarios:

MTeresa dijo...

Qué jugos chismorreo,
están bien informado,
de primera mano diría yo.
Me gusta el suspense empleado
y el lenguaje barroco,
es como leer a los clásicos,
un abrazo

Monica dijo...

Suerte,que aparezca su gran mecenas y quede prendada de sus lindos textos. Saludos

Juan Carlos dijo...

¿Quién era? ¿Cristal? o aquella otra ¿Doña Beiha?
Si conoce alguna potentada pregúntele si tiene alguna amiga y deme un toque para conocerla, ande, sea majo.
Salu2