Vistas de página en total

martes, 12 de febrero de 2013

El desorden amoroso (II)



   Al día siguiente, con el recuerdo aún vivo y coleante de las gatitas carnavalescas (leer el post de ayer, plis), me zambullí un rato en las aguas desbordadas del Twitter. Le voy tomando el paso a ese oscuro río. Pulula allí de todo, y bajo todos los disfraces, también como en un carnaval multitudinario y estrepitosísimo. He encontrado allí además, lo confieso, superada mi, creo que congénita, misantropía, un puñado de muy buenas personas. El intercambio simbólico, la rápida comunicación, cuando se dan, pueden ser enriquecedores. Navego por allí un poco como los antiguos predicadores en el salvaje Oeste, tratando de acercar a todas esas gentes extrañas –algunas ya en absoluto me lo son- la buena nueva de mi escritura, mi ilusión por ser leído y porque mis pobres ínfulas, el vuelo esperanzado del Mío libro, esa mínima cometa al viento, no del todo decaigan. Qué mejor  cosa  puede hacer quién no tiene a su alcance otros resortes a pulsar para hacer valer lo suyo.
    Me estaba acordando de las gatitas del ayer, del maullido tristón de su queja sobre el Amor, como decía. Reparé en un tuit. Lo ponía en danza, según la apariencia de su avatar, una mujer atractiva con un perfil que acreditaba inteligencia y preparación, a las que avalaban además periodísticas colaboraciones en muy resonantes medios. Anunciaba que pronto iba a entrevistar a Verónica Forqué, y que qué le preguntaríamos. Yo, pensando en las gatas del Antro, le tuiteé: ¿Por qué lo llamamos Sexo cuando queremos decir Amor?, dándole la vuelta al título de aquella película suya.
      Entonces ella sólo me contestó: “Porque follar une mucho”. Joder, me dejó impresionado un disparo tan rotundo. El trallazo me hizo pensar: sobre el Amor, sobre el Sexo, sobre el carnaval, sobre las opiniones, sobre la verdad, sobre los contextos, sobre las modas. Como quiera que luego en tuits le protestara yo un poco, reivindicando lo cualitativo sobre lo cuantitativo, lo elevado sobre lo básico, matizó ella con perspicacia y acercamos un poco la postura. Pensé al final: es el ambiente, es el ambiente del desorden amoroso en que vivimos. 





¿Y regalar lector, a tu enamorado/a, a ti mismo regalarte, un libro también de Amor? De éste te hablo, un trozo mío, que contigo para siempre tendrías: LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS (Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

8 comentarios:

Noumenadas dijo...

Sí, claro: "follar une mucho" (impresionante pensamiento bonobo) y "todo está permitido" porque Dios (ellas, que se hacen las progres para atraer "fashas", lo escriben siempre con minúsculas y así que no se enfade Lakoff) ha muerto.

"Calígula", de Tinto Brass. Lars von Trier acertará, una vez más, cuando, dentro de unos días presente su última entrega: "NINFOMANÍA", cuya versión íntegra será full porno y charcutera hasta decir basta. Ellas es lo único que demandan para ser ellas, ahora que han dejado en pañales a Valerie Solanas: calentar pollas con la escritura (que es coto privado del imaginario izquierdoso, como bien se sabe) pero, en la vida real no virtual, amagar, amargar la existencia a la primera de cambio. Que para eso el divorcio express consagra como "marco mental" al hombre klínex de estos momentos, sin perjuicio de todo el mariconeo excrementicio que la misma operación de ingeniería social va produciendo a la par, para amortiguar a la facciosa testosterona.

Dile a tu amiga que pía que si quiere probar a actriz porno, que se decida de una puta vez, pero que no maree la perdiz. Verás qué rápido recula.

Por otro lado, digo lo mismo que en el post anterior. Que si fuera verdad lo de esas porqueyolovalgo con máscara, chapó por la Idea (de amy martin): tós a follar en cama redonda y lupanar global, como querían nuestros tataradosabuelos hippies. Pero no caerá esa breva. A ellas las atraes por facha (no les encaja tu "no pensamiento único") y porque "escribes bien" (me conozco la pamema). Pero como ofician de nazis eugenésicas, lo quieren todo: a todos y de todo, según les dicten en cada momento sus libertarias hormonas, que son las que les confieren esa idea caprichosa y ubicua de "libertad". Eso sí, de descendencia, nasty de plasty, que eso supone sacrificio, entrega y compromiso. Valores reaccionarios que ya ni cotizan.

Recibir todo y dar NADA. Es quizás el tema más interesante de hoy en día, muy por encima de las barcenadas. Saludos.

Napo dijo...

“....periodísticas colaboraciones en muy resonantes medios.”

Vista la respuesta de mi amiga progre, Supongo que usted quería decir PEDOdísticas

Napo dijo...

Hay mucha modesna que en el tema de relaciones de amor y/o sexo sabe muy bien que es lo que hay decir llegado el momento; pero saben muy bien lo que tienen que hacer cuando tienen al toro cerca: Justico lo que decía su abuela que había que hacer.

¡...yolediga!

Napo dijo...

Hay mucha modesna que en el tema de relaciones de amor y/o sexo sabe muy bien que es lo que hay decir llegado el momento; pero saben muy bien lo que tienen que hacer cuando tienen al toro cerca: Justico lo que decía su abuela que había que hacer.

¡...yolediga!

Noumenadas dijo...

José Antonio, quillo: Que digo yo que... ¿tú no serás por casualidad el patrocinador de esta cosa, eh, pillín?

El Pozo

José Antonio del Pozo dijo...

va a ser que no, Juante.
Y aprovecho para agradecer y saludar a cada uno de los que aquí se allegan.

Aniquiladora dijo...

Yo creo que lo que realmente nos une hoy día no es tanto el follar sino el encaprichamiento. Éste es mucho más peligroso que el amor o el matrimonio. Los matrimonios modernos son asuntos informales, felices, en los que se entra y de los que se sale fácilmente. El amor moderno de una persona por otra es tan raro que apenas presenta problemas. Pero ahora que el amor y el matrimonio ya no son asuntos emocionales serios, el encaprichamiento se ve obligado a llevar el peso de todas las necesidades, las tensiones, las energías y los impulsos patéticos de la psique humana. Como consecuencia de ello, nos hemos convertido en una sociedad de quinceañeros enamorados de nuestro/a profesor/a de gimnasia. Pero, como tenemos las libertades físicas y financieras de la edad madura a nuestra disposicion, podemos acosar a ese profesor o a esa profesora de gimnasia mucho más eficazmente que cuando estábamos en el instituto.

Genial exposición.

Besoss.

Noumenadas dijo...

¡Ja, ja! Era más que evidente, José Antonio. Bueno, mira, para compensar, dejo aquí este otro de la "sex"taria indignada de la radio vespertina, la progrejuli, sin ir más lejos (por aquello de lo obsceno, más que nada):

Julia Otero ficha por el Sabadell, tras renegar de la Banca

Por cierto, la Aniquiladora ha entrado pegando fuerte. Cosa que se agradece, porque no todas las aniquiladoras de usar y tirar de estos tiempos peterpanescos estarían dispuestas a confesar en público lo que ella afirma, que no es más que la triste realidad. Eso la honra, aunque el desasosiego que crea la situación que tan bien describe no compense ni un miligramo de ese (ya) imaginario amor al que se refiere. Quizás por eso, en mi centro de trabajo, al día de S. Valentín lo han pasado a llamar "día de los enamorados y de la amistad".

Saludos.