La otra noche, en el prime time de
Tele 5, incitado por el gran Jordi La
Noria, desbarraba as usual Sardá, con
uno de esos numeritos zarzueleros que cada vez impresionan menos, triturando de paso con su EGO la presentación de un libro escrito
por Sandra Barneda, “yo follo más aquí que en Bali”,
perlitas así dejaba caer de la suya boca el autor de “Mierda de infancia”.
Sardá&Milá, Milá&Sardá, que tanto montan como montan tanto,
los Reyes Catódicos de la Telebasura, tan exitosos, es decir, tan referentes
sociales, con sus dudosas audacias, con esa coprolalia de niños mimados y
maleducados recuerdan desde luego la Saló de Pasolini, sí, pero también, salvadas todas las distancias, me
recordaron un fragmento de la extraordinaria Fanny y Alexander de Bergman:
Ha muerto el padre de los niños. El severísimo pastor ha puesto ya su
dogmatismo encima de la inocencia de esos niños huérfanos –y los ojos en la madre-. A Alexander le reprocha, con aspereza
estricta incluso en el tacto físico, el que diga mentiras, el que le dé rienda
suelta a la imaginación. Llega el entierro del padre, aquella espléndida
comitiva entre las calles nevadas. En ese camino, aterido por el frío y por la
bronca del pastor, por la pena tras la muerte de su padre también, le resbalan
las lágrimas por la cara. Furioso a la vez, enrabietado, el niño encuentra sólo
un único camino a su alcance para rebelarse contra todo aquello: las
palabrotas. Y la cámara encuadra con primor su rostro y la rabia de su letanía:
caca-pedo-puta-joder-mierda-coño-joder-caca-pedo-puta-ostias-joder-mierda…
En unas secuencia preciosa, el genio creador de Bergman transforma las simples palabrotas en el símbolo de la
rebeldía de un niño que sufre. Lo de Sardá&Milá,
Milá&Sardá, en cambio, es sólo grosero y grotesco cálculo mercantil
para mantenerse en el candelabro de la
Mugre y colocarnos su dudosa mercancía.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
8 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=skllAFuYfhA
http://www.youtube.com/watch?v=UD9lPxQ6zb0
En el minuno 2' 40'' se explicaria el motivo de la Mila y el Sarda...ante las audencias del pan y circo, no es algo que piense yo...sino medio hispañistan...lo de Bergman puede ser cierto ya que el genial director criticaba las mismas cosas que Pepe.
Se ofenderán si digo que me importa un bledo si follan o no?
Si, ellos son los progre millonarios, y lo bien que lo disimulan, claro que mentes tan "lucidas" es normal que ahora ya viejezillos, le rindan pleitesía esa cadena del ¡¡ y yo mas borde que tu !!...saludos...
Bueno, tengo la solución a esos problemas «No miren la Tele basura»
Y con toda libertad, miren aquello que merece la pena, y respeten a los que quieran ver «La tele Basura»
Yo no veo la Tele
Un abrazo
Sor.Cecilia
Hay otra película excrementicia de esas que hacen las delicias de la progresía, hasta chuparse los dedos embadurnados de mierda inmoral; se titula "Léolo".
Como dice un buen amigo, lo peor que tiene la progresía es que folla de boquilla, como el perroflauta del hortelano, que ni folla ni deja follar. En particular, las progres se pasan su iluminada vidorra "ilusoria" mareando la perdiz y con un miedo atroz a lo que esté por venir. Para los progres, sufridos pagafantas amariconaos que son, pues las migajas que les den las porqueyolovalgo pajinas.
Un abrazo.
Hagan caso a Sor Cecilia.
Cuando el Sardá empezó en la tele con aquel programa tan famoso, el primer día que lo ví me dí cuenta de que el tío era un mounstro. Los protagonistas me lo hicieron evidente.
Al mega guapo y simpatico Sadá se hacía acompañar de un super gay (el macho Sarda); de un enano (el tiarrón el Sardá); de un minusválido ( el bien hecho el Sardá). Además tenía unas tías más hermosas que yo qué sé.
Aquello me recordó a la decadencia romana. La degeneración de una sociedad. El poder despótico del poderoso.
¡da asco!
Publicar un comentario