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“Risas y buena comida en
Málaga”, tuiteó
autosatisfecho del todo el joven Errejón
al mundo. Ese tuit suyo entonces, con la que alrededor estaba cayendo, se
presta a retrucarle una demagogia tan facilona y simplota como la que a menudo
los Líderes Sumos de los Podemos hasta
la náusea explotan. ¿La misma medicina que ellos por tierra, mar y aire
endiñan?
En medio del apocalipsis miserabilista que ellos y los suyos proclaman
–que si los más crueles desahucios, que si la dramática desnutrición infantil,
que si la pobreza y la desesperanza dantesca entre las masas, que si los
suicidios sin fin, que si, en fin, las carencias y el mar de las lágrimas entre
casi todos- , daguerrotipo que busca a quienes no pensamos como ellos hacernos sentir culpables, resulta que
entre los ácidos fermentadores de todo ese grumoso resentimiento social… “risas y buena comida” es lo que hay. Mientras
alrededor el mísero Pueblo sufre y sufre, y vuelve a sufrir… risas y buena comida en lo alto del
castillo entre ellos brilla.
En modo alguno se trata de que no tengan los “profesionales de la
solidaridad” derecho a las risas y a la buena comida. Faltaría más. Pero cuando
con ese terrorífico tremendismo y con esa acritud extremas se predica y se
llama al enfrentamiento abierto, acaso convenga antes mirarse uno el elitista
ombligo. Si presumen ellos de “risas y
buena comida”, si piensan que tienen pleno derecho a ello, quizás entonces
haya muchas personas más que también lo tengan, y si pintan tan tétrico cuadro de
llanto, depauperación y desesperación colectivas, que les lleva a justificar la
violencia y el asalto a los supermercados, a qué viene jactarse entonces
precisamente ellos de “risas y buena
comida”.
Si masivamente la gente alrededor las pasa canutas, se suicida y pasa hambre, y así de
forma iracunda lo agitas y publicitas, el no detentar aún el Poder en modo
alguno te exime de responsabilidad hacia ellos, y mucho menos te autoriza a
alardear de “risas y buena comida”,
pues dudaremos entonces de la pretendida pureza y sinceridad de esos sentimientos
redentoristas.
En Málaga tuvo que ser,
además. En el edén del “pecado original” podemita, allí
donde mordió el joven Errejón la
manzana de la Beca que su subordinado en el Partido en exclusiva para él
le preparó –y que le supuso al edecán, do
ut des, el ascenso en Podemos- las
risas y la buena comida hubieron de ser.
Justo donde el desempleo juvenil y la malnutrición infantiles abundan,
allí precisamente espolvoreó Errejón sus
risas y su buena comida. Menudo
rejón allí al Pueblo Sufriente ese tuit,
sí.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
1 comentario:
José Antonio, buenísimo (ficticio) ejercicio de la más pura demagogia populista que se gastan los podemos y otras ínfulas (como tu bobo) comunistas. La izquierda radical, valga la redundancia, tiene su ser en la confrontación, la eterna confrontación. Hace un siglo era la lucha obrera, hoy día es la (supuesta) igualdad de genero. La cuestión es siempre crear división para supuestamente abanderar a los buenos. Por cierto, la etimología de la palabra DIABLO es "el que divide". Asi que ya vemos que el padre de la mentira utiliza la división para llevar a cabo sus fines y sobre todo sobre todo, tener poder entre las personas.
Saludos cordiales. misael
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