Me escribió E. Catalán;
Buenos días Jose Antonio:
He leído tu libro (ahora mío) y la
verdad es que volveré a leerlo, me he reído, soñado y lo he disfrutado mucho
con mi imaginación.
¡Te felicito amigo!
Me escribió A Vivarlópez:
Hola José Antonio, ya he terminado tu
libro, te felicito, he terminado enamorá...de
él... Feliz tarde ii beso.
Un fuerte abrazo y que tengas un
feliz día♥
Me
escribió Ana Luz Medrano:
La vida está llena de verdades, unas de cara a la galería
y otras salvaguardadas en nuestra casa o en nuestro interior, pero son
nuestras.
Dicho
esto, cuanta gente se ve reflejada en ese texto?
Y ahora
mis sensaciones mientras leía :
Hacía
mucho tiempo que no me reía de esa forma, mis carcajadas hicieron venir a mi
familia pensando que me había vuelto loca.
Esa
forma de escribir tan al alcance de cualquiera, esa erótica cuidada al máximo,
ese sarcasmo ante realidades de tod@s, esa ternura hacia los bofetones que nos
da la vida.....
Jose
Antonio Del Pozo, si yo supiera escribir, haría todo un libro para poder
comentar el tuyo.
Increíble
lo que has hecho en tan poquitas páginas.
Sólo
te deseo que caiga en manos de alguien que pueda opinar, no aquí, si no en
algún sitio donde el mundo entero conozca esa pluma que tienes dentro.
RESUMEN
DE “LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS”
Me
preguntaban ayer, “bueno, vale, ¿pero tu libro de qué va?”. Me hubiera gustado
contestar lo de Woody Allen a propósito de “Guerra y Paz”: “Va de Rusia”.
Decirle yo: “Va de las ilusiones”.
Pero al escritor sin Nombre ni Contactos, esos lujos le están vedados. Tuve entonces que pensarlo.
Mi libro cuenta la historia de un cuarentón
al que su mujer, que ha encontrado otro más alto, más fuerte y más guapo que
él, le señala la puerta de salida de casa. Descubre entonces de golpe su
minusvalía emocional: un paria en la tierra de los afectos. De cuanto le ocurre
después, cuando ha de salir al mundo, que le es ancho y ajeno, para superar su
zozobra, para engañar a su desconcierto. De lo duro que se le hace ese
aprendizaje elemental de la supervivencia afectiva. De cómo hallará en la
propia escritura, y en los humorísticos y sentimentales encuentros y
desencuentros de la realidad, a trancas y barrancas, la brújula que le permita
hallar al cabo su lugar al sol, una
imagen aceptable de sí mismo, y levantar así el muro de la obturación interna
que le impide ver la belleza y el propio absurdo del mundo y de la vida, que es
lo único que tenemos. De eso, de esas ínfulas buenas trata mi libro.
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