... En esas condiciones estructurales, el escritor interesado vital y
vocacionalmente en la literatura sopesa, incluso de forma no del todo
consciente, lo que le espera en uno y otro campo: la valoración, el prestigio,
la amplia red de todo tipo de vínculos y gratificaciones a un lado, frente al altanero desdén y la más áspera ingratitud en
el otro, y… qué orientación cree usted que naturalmente
tomará, puesto que en dar luz a sus
creaciones le va sentimentalmente la vida.
Puede que por estar un poco de acuerdo en esto conmigo, el día que puse
en un tuit que “Hay un sector considerable del mundo liberal-conservador que es que
aborrece los libros… salvo que sean de una Celebritie, aunque sea roja”,
para mi pasmo nada menos que el propio Alfredo
Urdaci –con 16. 400 seguidores
en tw frente, por ejemplo, a los 134.000 de Jesús Cintora, reflexiónese lo que eso denota, please- me otorgó el plácet
de su inmediato retuit. ¿Qué hacer entonces? Habrá que
hacerse progresista, claro. CONTINUARÁ MAÑANA
(Decíamos ayer, como Tesis central de "Por qué la mayoría de escritores son de izquierdas", ... sobre todo porque sus seguidores compran más sus libros. Repásese la lista de los últimos cuarenta ganadores del Premio Planeta, la de los Premios Nacionales de Literatura, o la de los Premios Cervantes. Se constata en ella la apabullante hegemonía del Mester de Progresía, el aplastante predominio de la sensibilidad izquierdista en sus variopintas gradaciones. Las editoriales, la Editorial Planeta, de tontos tienen lo justo. Si con contumacia difunden y premian a los escribientes del Progreso es porque saben de sobra que con ellos hacen mejor el negocio.)
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
A Armando, un cuarentón de
clase media, un buen día su mujer le señala la puerta de salida de casa. Ella
ha encontrado a otro más alto, más fuerte y más guapo que él. “Aprende a
quererte y los demás te querrán”, le sentencia. Descubre entonces Armando, de golpe, su minusvalía
emocional: un paria en la tierra de los afectos. Ha de salir y abrirse al
mundo. A un mundo que, por temperamento, le es ancho y ajeno. Cómo superar su
desconcierto, cómo sobrellevar esa zozobra, cómo suturar la herida… Cómo
aprender a re-armarse como persona. En las asombrosas peripecias humorísticas,
librescas y sentimentales que le suceden, en ese cúmulo de emocionantes
encuentros y desencuentros… ¿hallará siquiera a medias Armando su lugar al sol?
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