Muy apropiadamente, la flamante ganadora del Premio Planeta 2015, el más resonante galardón de las letras
españolas, el de más en vil metal contante (los ya míticos Cien Kilos de
rubias), lució en la Gran Gala un jersey grease
perlado en strass en el que bien
clarito podía leerse el punto G de esta época mugrienta: Merde. O sea, voilá una vez más la coprofilia reinante en el
Reinado de la Mugre que vivimos, prolongado así el pestilente reguero marrón (glassé, en los Grandes Salones, fuliñaca
en los desagües) que venía de Willy
Toledo, del Tío de la Wolkswagen,
de Trueba antes… en fin, la pasión excrementicia tan a la
moda en este mísero blog más que sobradamente probada y glosada.
¿Y quiénes y qué resultaron esta vez premiados por la más Alta Sociedad?
Pues, como casi siempre desde hace 35
años, los paladines del Mester de
Progresía, en distintas generaciones y en distinta gradación del mensaje
suavemente izquierdista. Se corrobora con ello de nuevo mi teoría acerca del
misterio sobre por qué la mayoría de los escritores son de izquierdas: las
Empresas constatan en ellos y con ellos más compradores, más negocio. Al público liberal-conservador en general,
la literatura, (la expresión estilizada de la vida, las historias) aunque
sea de uno de los suyos -si de un pelanas sin nombre se trata ni hablamos, maldito de verdad por siempre serás- se la suda. No la aprecian, no la
valoran, no la aman. Campo abierto pues para la Progresía, ante la que todos
los estamentos se inclinan.
Fue a este respecto muy elocuente el festivo comentario de la ganadora,
a propósito de su transgresor jersey:
“Ya que no soy capaz de hacer la revolución, hagamos una pequeña broma”.
Ja, ja, ja. Sólo el discreto encanto
cínico de la Izquierda es capaz de mentar el deseo de la revolución el
mismo día que se apalanca Cien Kilos por cuenta de la Empresa más Mercantilista
de España.
Remató la cosa Doña Rosa Regás,
en rojeras maestra de ceremonias, ya premiada y voz
cantante del conjurado Jurado: “Me gusta
que en el arte la gente sea comprometida,
y me gusta que este compromiso haya sido tan elegante”. El compromiso, el
compromiso con los Cien Kilos. Amén, doña
Rosa, qué flash.
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3 comentarios:
Entre la progresía izquierdante, el nacionalismo afeudalado y los de la kulturilla de la subvención van a dejar España devastada.
Parafraseando a Juan Váquez de Mella, la logsiana izquierda hace "tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias", porque luego, cuando en el fondo de la sima se halle esta nuestra querida nación, se erigirán como baluartes de la esperanza. Lo veremos, D. José, asistiremos a ello, que por eso somos jóvenes... unos chavales ;-)
misael
No lo dudes. Son progres de pacotilla y este premio...no le tengo yo cariño por haber leído algún ganador. Me faltan unas páginas del tuyo y luego te cuento, José Antonio.
Felices sueños.
Hola, Campu. Jejejé. Gracias . Muy buen día
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