La estólida contumacia con que muchos eminentes izquierdistas defienden
aquí los referendos separatistas
para las zonas más privilegiadas económicamente resulta intelectualmente
indigerible, mírese como se mire. Incluso soslayando la raíz netamente
internacionalista del pensar izquierdista, ¿no era acaso la igualdad, por encima de la libertad
-¿libertad para qué?-, la verdadera estrella roja que su lucha movía?
Les encanta por otra parte, dentro del uso propagandístico que de las
palabras hacen, autotitularse Unidad
Popular o Ahora en común, o Juntos Podemos, como si sus augustas
personas encarnasen en sí y por sí la totalidad del Pueblo, para a la mínima
caer rendidos ante la añagaza nacionalista y reivindicar con furia digna de
mejor causa el ombliguismo tribal más rampante y separador de las personas.
¡En contra de los privilegios!, braman de consuno… para a continuación
defender los más férreamente establecidos en el tiempo. ¡Que paguen los Ricos!
¡Que el miedo cambie de bando! ¡Hay que repartir la riqueza! repiten y repiten
como derviches giróvagos en torno a una misma piedra… ¡para brindar puente de
plata a la independencia de las zonas (es decir, de las personas y empresas)
más Ricas de España luego!
“¡Inmediatamente!” daría cauce un Pablo
Iglesias Presidente al plebiscito separatista catalán, tras cuyo posible
éxito –gracia y obra del desastre del Estado de las autonomías- por pura lógica
centrífuga vendrían el vasco, el navarro, el gallego, el balear, el valenciano…
y lo que te rondaré por el cantón de Sierra Morena. ¿Sobre qué mísera nada se dispondría entonces a reinar con ínfulas chavistas el joven admirador de Lenin?
Sólo se entiende esa irracional
fascinación de la izquierda ante el delirio nacionalista desde el humus
nutricio en ella de la más biliosa e irreductible animadversión hacia la
derecha española, Culpable en todo y de todo. En el pecado de esa
indigencia intelectual y moral llevan a la vez los internacionalistas la penitencia: se sabe ya que, fruto de la
imposición de sus taifas particularistas,
al menos en cuatro grupos parlamentarios se descompondrá Podemos en el futuro Congreso, calcando el horror que ya padecía Izquierda Unida. Más que la derecha
española, serán las taifas separatistas quienes acaben liquidando el
milagro de P Iglesias.
Qué le queda entonces al escritor sin Nombre ni
Contactos salvo insistir e insistir -resistir y resistir- en las redes
sociales, que son lo único con que cuenta, en los amigos que las mismas le
procuran, aun a riesgo de ser incomprendido y de resultar pesado, qué le queda
salvo perseverar esperanzado y confiar en que poco a poco quienes aprecian y valoran su afán le soliciten, y
lean y regalen su libro, el fruto de sus más inspirados desvelos, de cuanto
tiene lo mejor que pudiera jamás darles.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS 10 E
Pídelas en josemp1961@yahoo.es
1 comentario:
Así pensaba yo antes.
Más tarde llegué a la conclusión que la izquierda vive políticamente de la agitación, sea clamando por el derecho a decidir, por el derecho a matrimoniarse o por los derechos de la mona chita.
La 'cosa' es estar perpetuamente con la reivindicación en la boca. Y todo tiene un sentido. De forma natural, el homo sapiens sapiens, en nuestro caso el españolito medio, devenido en homo gañanis (JADP) por mor de jorge javier, gira la cabeza rapidamente y asiente, cuando de forma inesperada, encuentra a un psocialista clamando por los derechos que a todos y todas, ¡ oh pueblo mio que grande eres ! nos niegan.
misael
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