Prefiere uno pensar que no es cierto, que no puede serlo, que se trata
sólo de una espantosa patraña de agit-prop
“maquinada” por los ejércitos enemigos, aunque muy bien sabemos también que los
yihadistas, esos educandos para la psicopatía, a la vista
está, son capaces de eso y de más. Según
activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Alí Saqr, de 20 años, ejecutó en plaza
pública y ante una nutrida concurrencia, a Leena
al Qasem, 35 años, acusada de apostasía. Pues la madre osó rogar a su
vástago, carne de su carne, que abandonara la
Yihad, que los ejércitos que lidera Estados Unidos acabarían por matarlos a
todos, le imprecó además. Que la criatura decidió entonces denunciar a su madre ante las autoridades del Estado Islámico, que
ordenaron a su vez que fuera el hijo el propio ángel exterminador de su madre
delante de cientos de personas. ¿Somos capaces para imaginar semejante horror?
Desde luego, miles de películas infectas, miles de noticias cruelísimas, nos
han insensibilizado de sobra contra el mismo. Demasiado horrible, con todo.
Prefiere uno, ya digo, no creerlo. Aunque les sabemos perfectamente fabricados para hacerlo. Al fin y al cabo el suceso, real o no, es una transparente parábola del culmen al
que aspira el ultrafanatismo yihadista: anteponer y desplazar la locura
criminal ideológica por encima
incluso de los elementales vínculos naturales
del parentesco, ¡un-hijo-asesina-a-su-madre!, hasta el punto de aniquilarlos en
público.
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2 comentarios:
No hay piedad, José Antonio. No tienen piedad.
¿Esa es la foto de la madre? Lo digo porque he leído que la mujer tenía 45 años, y la persona de la foto parece mucho más joven.
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