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miércoles, 6 de mayo de 2020

EL VIRUS DE LA POLÍTICA (CONFINADOS, DÍA 53)



   Algo diabólico contiene también en sí la política, lo digo yo que soy licenciado en esas… ¿Ciencias?, que su propio veneno impide reconocer las cualidades y méritos del que no piensa como nosotros, del que no se alinea en nuestro bando, pues a la mínima nos nubla y ofusca, nos segrega, escinde y encuadra en bandos irreconciliables, y algo de especialmente satánico tienen las propuestas políticas más radicales y fanáticas, esas que sin cesar hurgan entre las emociones más rastreras y primarias, que de forma sumaria sentencian a los demás como amigos o enemigos sólo, que deshumanizan a estos últimos, que desprecian la inteligencia en pro de la bovina unanimidad, que enseñan sobre todo a odiar y nada más que a odiar, que impiden la convivencia, pues esta sólo es posible con mutuas concesiones, que por fuerza generan, como un necesario espejo invertido, su contrario y extremo oponente -que en el fondo tanto se les parece-, que implacables inoculan y propagan su letal y trágico mal, pues, al ser imposible razonar con un fanático, sólo otro fanático puede enfrentarle, volviéndonos así a todos en la tesitura, no siéndolo, como ellos fanáticos. Peste de política.     

2 comentarios:

César dijo...

Quería yo decirle, a ver si a la tercera va la vencida, que estoy de acuerdo en que la política es peligrosa. Más que la política, los políticos, necios, pagados de sí mismos, faltones, poco preparados, soberbios, quasi inútiles.

Y no me preocuparía sino por que va a más. Cada día son peores.
Venga, que en algo estamos de acuerdo.
Y en que el pádel, es la muñeca hinchable del tenis...

José Antonio del Pozo dijo...

Gracias, César.
Los políticos extremistas... y no sólo ellos, a mi juicio. No se puede sólo echarles a ellos la culpa. creo.
El pádel es el tenis de vuelta ya de todo y con picardía, jejejejé.