Si fue Platón el primero que dijo
aquello de que en una ciudad hay siempre dos ciudades, la de los Ricos y la de
los pobres, y que muy poco entre sí esas dos urbes se parecen, en la Ciudad de
los Libros, voy y digo ahora yo, siempre hay dos ciudades también, la de los
Consagrados y la de los sin Nombre, y que cualquier parecido entre ellas, como
en las pelis malas, pura coincidencia es. Me lo dijo Sócrates, que probó la
cicuta, sólo sé que eso sé, madames y monsieurs, que los sin Nombre nos
envenenamos de fracaso, de ingratitud y de olvido una y otra vez.
Amor, humor, ilusiones, vulnerabilidad, ternura,
tantas historias bonitas... las 111 ROSAS, las HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS,
no quieren ser dos LIBROS más, son cosa viva, y palpitante, y quieren quedarse
a vivir entre el corazón de sus amigos, ahí confinados, sí. (Y que no son
caros, 18 E los dos juntos, envío incluido, y que te los pongo, personalmente
dedicados y en casa. Si sólo deseas uno de ellos, CONSÚLTAME).
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