El personaje más fascinante y misterioso de todo el caso Rubiales es, de largo, la Famosa pintora mexicana Roberta Lobeira. Muy relacionada siempre con la Alta Sociedad de Monterrey, cultiva Roberta un arte entre surrealista y kitsch, con predilección por la naturaleza y los animales. Ah, desde 2020, Roberta vive en un piso en la zona de Museos de Madrid, donde también posee su estudio. En fin, Rubiales y Roberta, Roberta y Rubiales, que montan tanto, que tanto montan, y el viaje de Placer y Turismo de Élite que en el invierno de 2018 por Nueva York, a lomos al parecer de la Real Federación, tanto les unió. Ahí los tienes: ufano y rozagante él, el gañán, que le falta piafar, oculta y contenida la Pintora, con algo de pantera enjaulada ahí, ¿no? Se dijo, desde círculos rubiales, que es que les unía una relación sentimental, esa afición de Roberta al surrealismo animal, pudo ser, oye. Más, si lo ama, si al menos lo amó, por qué Roberta en el silencio más absoluto al conocerse entonces el caso, ahora mismo too, se recluyó. Qué mutis de película, qué desaparecer volando por los aires, eso es mágico realismo y tontería lo demás. Qué vería Roberta en Rubiales –machista, sobón, "fascista"- para tantísimo compartir con él. Cómo eso pudo ser. Bueno, eso, qué cuadro sobre Rubiales en la intimidad no habrá Roberta pintado. He ahí un gran misterio.
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