En las grandes películas de siempre, entre secuencia y secuencia, cierto sosiego rítmico abría un espacio para que lo recién expuesto se posara y reposara dentro de nosotros, es decir, nos permitía respirar y paladear lo que acabábamos de ver para que así pudiéramos elaborar, simbolizar y hacer nuestros esos significados, esas emociones… antes de que la historia prosiguiera. Muchas películas modernísimas nos asfixian con un bombardeo de imágenes aparatosas sin tregua, aplastándonos así, anonadándonos, apabullándonos, reduciéndonos a mera interjección, es decir, no concediéndonos esa calma mínima que con la íntima y personal elaboración convierte esa historia en algo muy propio por dentro nuestro.
SOY ESCRITOR. Por 11 e TOTAL, envío incluido, DOS LIBROS, uno físico, por Correos, EL ALGORITMO DE LOS BESOS TRUNCADOS, (lo puedes regalar también, si ya lo tienes, 152 pgs, amores y humores, sentimientos e ironía, desengaños e ilusiones, versos y besos, ternura) y otro digital, por internet, que lo puedes leer en el móvil o en el ordenador, o imprimirlo tú luego, si quieres, AMOR Y DESEO EN EL CINE, 157 pgs, cómo tratan y reflejan el AMOR y el DESEO –no son lo mismo- películas como El Padrino, Memorias de África, Los Puentes de Madison, El graduado, Perros de paja, Thelma y Louise, Kika, Eyes Wide Shut, Los muertos, Lo que queda del día, Enamorarse, Love actually, Blade Runner, Paris-Texas, Ojos negros, Deseando amar, Taxi Driver, Love Story, La dolce vita, Robin y Marian… ¿Recrearlas, desentrañar por escrito sus claves y escenas más emocionantes? Cualquier duda, consúltame, please.
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