"... A despecho de la hegemonía de lo audiovisual que por doquier nos acogota, las cosas, si acertamos a escribirlas bien, adquieren por escrito una densidad superior, una consistencia interna que las dota de una resonancia mayor, menos al pairo, más resistente que el resto. Y, si de sentimientos grandes hablamos, por escrito se aquilatan a perpetuidad, se resguardan en lo más recóndito del corazón y del cerebro con impulso e ilusión de indestructible permanencia. Escribirlo entonces yo… y escribirlo también tú, que al leer a mi lado, con tu íntimo y peculiar filtro y criterio, eso haces. Nos escribimos tú y yo, así. Ahí entonces vayan, vayan con nosotros estas dulces prosas ya. ¿Y? Pues eso, like a rolling guitar, miénteme, dime que me lees y así...". (pág 4 de mi "MIÉNTEME, DIME QUE ME LEES").
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