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sábado, 20 de octubre de 2012

Regreso a Emma Thompson



  
    La otra noche, brujuleando por los canales de la TDT, cacé al vuelo un fragmento de Regreso a Howard´s End.  Ya la había visto otras veces, pero para nada eso me importunó. Al contrario, fue motivo de íntima alegría, porque el reencontranos con lo que amamos, el volver a recrearlo de tanto en tanto dentro de nosotros, aparte ya del goce puramente estético, es algo que nos religa con nosotros mismos, en la medida en que vuelve a apuntalar las huellas del sendero sentimental e intelectual que para bien nos constituye. Volvemos a renovar así esos votos interiores de nuestra sensibilidad.
  
   Llegué en ese momento en que Emma Thompson recorre con la mirada el exterior de esa casa solariega, en un pago de la campiña inglesa. No se trata de una apabullante mansión colosal, de esas que te dejan sin respiración sólo con ver su mole ciclópea, ni mucho menos. Se encuentra además en un notable estado de abandono. Y sin embargo, es la mirada radiante de Emma, como si la tuviera ella dotada de unos extraordinarios poderes mágicos, la que nos va revelando –esos ladrillos oscuros, esas tejas renegridas y mohosas, esas maderas y ventanales algo decrépitos-  toda la belleza latente en esa casa y en su entorno. Es difícil que hubiera podido cualquier otra actriz llevar a cabo ese prodigio, pues casi a un milagro asistimos, y es que esa mirada resplandeciente y encantadora transforma las amustiados enseres sobre las que se posa, invistiéndolos de la secreta hermosura que en ellos anida y que sólo a la luz de los ojos de Emma pudiera despertarse.    
  
   Era formidable, porque, encuadraba la cámara de Ivory cualquier cosa, no sé, unos pálidos alibustres, una simple piedra al paso del rodeo que daba Emma, unas flores lacias, un suelo de tarima mate, una cortina gastada, vistos a través de una ventana polvorienta; insertábase luego la mirada vivificante de Emma mirándolas, y las veíamos un momento después como renovadas,  embellecidas y realzadas en todo su verdadero atractivo. Una mirada maravillada y transformadora a la vez, que se diría creadora por sí misma de belleza, pero no de forma gratuita, pues sabemos que ya Emma ha imaginado antes muchas veces en su interior esa casa, de la que su amiga fallecida con contagiosa fascinación le había hablado en numerosas ocasiones. Emma no va pues a conocer Howard´s End, acude a re-conocerla, a pesar de nunca físicamente haberla visto antes.
  
   Es una secuencia preciosa, y fue precioso el volverla a saborear. Como  el episodio de la concejala de Los Yébenes, aquel cuidado que Olvido dejó entre el vídeo abandonado, la peli nos llevó también a los dominios del grandioso San Juan de la Cruz, a su Cántico espiritual, como si todas las cosas, las buenas y las regulares, a él llevasen:
    Mil gracias derramando
    pasó por estos sotos con presura
    y yéndolos mirándolos
    vestidos los dejó de su hermosura.

 Claro, el poeta, quién si no, nos dio la clave: es la mirada hermosa del que sabe mirar, la que propaga y vuelca esa misma belleza sobre las propias cosas. Emma, anda, mujer,  irradia también tu mirar sobre este discreto blog que te invoca, diosa. 


Post/post: gracias a Monica, a Jaime, a Donaire Galante, a CLAVE, a Winnie0, a Juante, a aspirante, a Norma, a Cesar, a Mateo, a anónimo, a NVBallesteros por hacer mejor este blog, por bloggear conmigo ayer, GRACIAS.

9 comentarios:

Winnie dijo...

Me encanta esta actriz. Me parece que borda sus actuaciones..Un besito y buen finde Jose Antonio

aspirante dijo...

La belleza reside en el corazón del observador.

aspirante dijo...

La belleza reside en el corazón del observador.

© Mar i bel Valdivia Palma dijo...

una mirada maravillada y transformadora a la vez...creadora de belleza.Esa es la verdad y la has puesto en palabras

Noumenadas dijo...

Coincidimos en el gusto. Emma (suponiéndola no una vulgar bovarina de olvidadizo y lábil hormigueo) es de una gran belleza e inspira no pocas concupiscencias.

Saludos.

Lectora dijo...

Esta película la tengo pendiente.
No se si la mirada de Emma dirá todas esas cosas pero la tuya desde luego sí.
Bellísima entrada la de hoy.

Monica dijo...

Aplaudo "toda la belleza latente" en su blog. Ha sido "precioso" recorrerlo y "volver a sabarear " su escritura. Maravilloso post. Gracias. Saludos

CLAVE dijo...

Que entrada tan romántica la de hoy, es bonito ver esas película que el tiempo no les quita sabor, al contrario las hace obra de arte..buen finde amigo...

Fernando dijo...

¿Hay algo que no haya escrito y pensado San Juan de la Cruz?